Mentalidad positiva: 3 consejos con los que amarás hacer ejercicio

Salud femenina | | INTIMINA

El cuerpo humano es complicado. Algunas veces evitamos hacer aquello que sabemos que nos beneficia, o lo hacemos pero no correctamente, especialmente cuando se trata de comer bien, descansar y, por supuesto, hacer ejercicio.

El ejercicio. Ya sabemos que es bueno para nuestra salud, pero también lo es para nuestro cuerpo y nuestra mente. Ejercitarse físicamente con regularidad ofrece muchas ventajas como la regulación hormonal, mejora el estado el estado de ánimo, favorece la conciliación del sueño, mejora la salud cardiovascular, controla el sobrepeso, aporta más energía y aumenta la calidad de vida, entre otros.

Es evidente que nuestro estilo de vida no es el de nuestros antepasados, ya no necesitamos estar cazando o recolectando, y por ello, necesitamos invertir tiempo para ejercitar nuestro cuerpo y mantenernos sanos. Especialmente, si pasamos todo el día sentados frente a la pantalla del ordenador.

Y aun siendo conscientes de todo ello, nos cuesta ponernos a hacer ejercicio. O no nos sentimos cómodos, nos pasamos o no seguimos una rutina que realmente nos funcione. Y así, ¿cómo logro hacer ejercicio y dar mi mejor versión? Vamos a descubrirlo.

El Lenguaje sí es importante  

Uno de los primeros pasos que debes seguir para cambiar tu actitud frente a la actividad física es el relacionado al ejercicio mental. El lenguaje es una herramienta poderosa porque construye nuestra realidad y la manera con la que nos relacionamos con otras personas y con nosotras mismas. Cambiar las palabras que usas cuando conversas contigo misma te ayudará a adoptar una actitud diferente frente al asunto en cuestión, como el ejercicio en este caso.

¿Qué palabras vienen a tu mente cuando piensas en la actividad física? ¿Mencionas mucho estas frases: “debería” o “yo solía”? ¿Son palabras que solo limitan tu potencial o te hacen sentir mal contigo misma? Intentemos revertir esta situación.

Puedes sustituir algunas frases como: “hoy sí que debería ponerme a hacer ejercicio” por frases de este estilo: “me sentiré muy bien si hoy hago ejercicio” o “es importante para mi cuerpo que hoy haga ejercicio”.

Incluso la palabra ejercicio puede imponer una barrera para muchas personas, por lo tanto, ¿por qué no intentamos otra cosa? No necesitas utilizar la palabra ejercicio para referirte a la actividad física, también puedes usar otras expresiones como “movimiento”. “Mi propósito es moverme un poco el día de hoy”. Este sencillo cambio te ayudará a manejar la presión y a aceptar la idea de que debes ejercitarte. El movimiento hace referencia a un paseo, baile o a tener sexo. Se trata de actividades físicas aun cuando no se sienten como “ejercicios”.

Enfócate en cómo te sentirás     

La sociedad y los medios de comunicación han contribuido a que tengamos una idea distorsionada del cuerpo humano. Con frecuencia se hace ejercicio para conseguir una figura más atractiva y eso está bien. Es totalmente aceptable querer cambiar de apariencia, pero ¿qué tal si cambias tu perspectiva un poco?

En vez de enfocarte en cómo te verías, concéntrate en cómo te sentirías. ¿Cuando haces ejercicio te sientes más feliz? ¿Más motivada? ¿Con energía? Estas son las verdaderas recompensas.

Pensar en la sensación que experimentarás con el ejercicio disminuye las probabilidades de decepcionarte cuando no obtengas los resultados esperados en poco tiempo. Si te centras en el bienestar que ofrece el ejercicio mientras haces actividades físicas es posible que continúes con esta rutina.

También puedes concentrarte en otros beneficios que la actividad física puede ofrecerte. Por ejemplo, cuando practicas algún ejercicio de forma regular, ¿eres mejor compañera o amiga? ¿Te ayuda a enfocarte en el trabajo y en tus estudios? ¿Por lo general te sientes más feliz? Estos son buenos motivos, y pueden ayudarte más que solo centrarte en cambiar tu apariencia.

No tiene que ser difícil

Cuando pienses en la actividad física, puede que lo asocies con los anuncios de ropa deportiva: personas con abdominales definidos como los de una tableta de chocolate sudando mientras levantan y empujan pesas de muchísimos kilos. Para la mayoría de las personas esta escena no es real.

Es posible que hayas sido atleta o quizás seas una persona deportista que realmente disfruta haciendo todo tipo de actividad física, incluso la más compleja. Si es así, excelente. Si no eres de este tipo, también está bien. La cuestión con el ejercicio es que debes encontrar un equilibrio o rutina que te satisfaga. El ejercicio de alto impacto no es para todos. ¿Qué tipo de ejercicio puedes hacer de forma continua y que sea divertido, como característica esencial?

Así es, hablamos de diversión. El ejercicio puede ser muy placentero ¡es mucho mejor cuando es así! Acuérdate de cuando eras pequeña. Posiblemente corrías, jugabas y te divertías en el recreo moviéndote sin pensarlo mucho. Lo único de lo que eras consciente es de que te estabas divirtiendo.

¿Hay algún ejercicio parecido a esos con el que ahora disfrutarías? Si te estás divirtiendo al practicar algún deporte es más probable que continúes con esa rutina. Algo más que la obligación te motiva a ejercitarte.

El concepto de diversión no es igual para todos, pero hay algunas formas especiales para hacer ejercicio:

  • Baile
  • Acroyoga
  • Deportes para adultos como el softbol o fútbol
  • Boxeo
  • Caminar mientras escuchas un podcast interesante

Ahora haz tu propia lista. ¿Qué tipo de actividades puedes incorporar a tu vida? ¿Qué tipo de ejercicio te hace sentir bien? Cuando cambias tus perspectivas, toda tu vida se transforma. Así que, ya sabes, ¡A hacer ejercicio!

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