Las mejores posturas sexuales para practicar sexo durante el embarazo

Embarazo | | Colleen Godin

Estás hinchada, la espalda te está matando y el útero te ha crecido tanto que parece un globo lleno de agua. Menudas condiciones para un sexo increíble, ¿no crees? 

El embarazo no es exactamente un paseo y, cuando no te encuentras bien físicamente, es imposible pensar en nada que tenga que ver con el sexo. ¿Pero de verdad vas a esperar 9 meses antes de volver a mantener relaciones?

Si la respuesta es que sí, lo respetamos totalmente, futura mamá. Pero si no estás dispuesta a que pase tanto tiempo, que sepas que el embarazo es una forma nueva y estupenda de seguir disfrutando el sexo.

Durante el segundo trimestre, las mismas hormonas que ayudan al bebé a crecer y hacen que la madre sienta que va a volverse loca tienen unos efectos secundarios que potencian la vida sexual.

En esos momentos tienes muchísima sangre circulando en la zona de la pelvis para permitir tus cambios físicos, lo cual se traduce en un aumento de sensibilidad y contribuye a la lubricación natural. En resumen: ¡tu zona íntima está pidiéndote a gritos un orgasmo!

Seguramente hayas escuchado rumores sobre las relaciones sexuales durante el embarazo. Déjanos asegurarte que son falsos.

Lo que sí es innegable es que, con esa barriga, algunas posturas pueden ser un poco incómodas. Si lo que más te gusta es tumbarte boca abajo en la cama apoyando el peso sobre la barriga, de eso sí que te puedes ir olvidando hasta dentro de unos meses.

Pero salvo esa, hay un montón de posturas sexuales que las embarazadas pueden seguir practicando para reconectar con la pareja. 

¿No sabes cuáles? Aquí va una lista.

  • La cucharita

Si lo que te apetece de verdad es una sesión de mimos sexuales, la postura de la cucharita es lo que estás buscando.

Seguro que ya la habías probado antes de quedarte embarazada; ahora es el momento de sacarle el máximo partido.

Ya sabes cómo funciona: tu pareja y tú os tumbáis de lado uno al lado del otro, de tal forma que quede detrás de ti y tú le des la espalda. 

De esta forma podrá penetrarte desde atrás mientras controlas con las caderas la profundidad y la velocidad.

Otra razón para usar esta postura es que las manos quedan libres para tocarte y estimularte tú misma o para coger un juguete sexual mientras tu pareja te besa las orejas y el cuello (que también son zonas muy erógenas). 

  • De lado, cara a cara

Esta postura es muy parecida a la anterior, pero con ligera variación para que podáis estar cara a cara.

Una vez tumbados de lado como en la posición de la cucharita, date la vuelta para mirar a tu pareja a la cara.

Sube la pelvis todo lo que puedas hasta encontrar la de tu pareja, y luego enreda las piernas alrededor de las suyas. Doblar las piernas ayuda a que vuestras partes íntimas se encuentren en el medio. Una vez estéis en posición, solo tenéis que ajustaros el uno al otro para encontrar el ritmo correcto

Esta postura combina todo lo bueno de la anterior con el hecho de estar cara a cara y poder añadir una ronda de pasión en forma de besos, que nunca sobran.

Las manos las seguís teniendo libres, así que podéis jugar el uno con el otro sin problema.

  • Con la espalda al borde de la cama

El nombre de «el misionero» no le hace justicia a esta postura, porque lo cierto es que es mucho más sensual.

Tu pareja se sitúa en el ángulo perfecto para penetrarte mientras te roza el clítoris con el pene en cada penetración. Estar cara a cara ofrece también más intimidad (¡Aprovechad y besaos mucho!) permite estar piel con piel.

Ahora bien, sabemos que con la barriga quizá no sea tan fácil ni apetecible, así que te proponemos una solución. 

Túmbate boca arriba, pero en el borde de la cama, con las piernas fuera. Tu pareja tiene que colocarse de pie cara a ti. Luego apoya las piernas sobre sus hombros, ponlas sobre su espalda o sujétatelas tú misma hacia arriba.

En esta posición todo el trabajo recae sobre tu pareja; a ti solo te toca disfrutar y relajarte.

  • A cabalgar

¿Habías descartado ya esta opción durante el embarazo? Si las curvas del embarazo te hacen sentir una diosa, te sientes con fuerzas y crees que todavía puedes escalar hasta la cima y tomar las riendas, ¡que nadie te pare!

Como en esa postura eres tú la que controla el ángulo, no te resultará muy difícil buscar la posición en la que menos te moleste la tripa. Tumba a tu pareja en la cama, súbete encima y tomaos unos minutos para encontrar la posición más cómoda para ambos. Puedes probar a sentarte un poco más firme si la tripa te molesta.

Si estás en el tercer trimestre y tu barriga está tan grande que necesitaría una habitación para ella sola, prueba esta misma postura pero dándole la espalda a tu pareja. Para estar más cómoda puedes pedirle que estire las piernas. Así estarás más cómoda y el ángulo de su pene chocará justamente con tu punto G. Apóyate con una o dos manos en la pierna de tu pareja o directamente en la cama.

Aprovecha todas las facetas del embarazo

Tienes que admitir que el sexo durante el embarazo es una experiencia distinta a todas las que habías tenido antes, además de irrepetible (a no ser que te quedes otra vez embarazada). 

Que el embarazo te haga sentir como una diosa. Muchas madres han dicho que es el mejor sexo que han probado nunca, así que, mamá… ¡ve a por ello!

Aprovecha estos últimos meses porque, en cuanto nazca el bebé, los momentos de intimidad con la pareja van a ser mucho más escasos.

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