6 consejos para no perder la confianza en ti misma si sufres incontinencia

Suelo pélvico | | Clara De Santiago

Te sorprenderá saber que una de cada tres mujeres sufre de alguno de los cuatro tipos de incontinencia y que puede afectar a cualquier edad. A pesar de ser algo muy común, la incontinencia es un tema que todavía se considera vergonzoso y tabú. A menudo, las mujeres afectadas evitan realizar ciertas actividades, y se preocupan constantemente por la posibilidad de tener pérdidas en su vida diaria. Si vives con incontinencia o estás preocupada por ella, el primer paso que debes dar, si no lo has hecho ya, es hablar con tu médico. Éste podrá aconsejarte, diagnosticar el tipo de incontinencia que padeces, y sugerir tratamientos y formas de manejarla. Mientras tanto, hay algunas medidas que puedes aplicar diariamente para lidiar con la incontinencia y reducir el riesgo de pérdidas.

Haz los ejercicios de Kegel

Los ejercicios de Kegel constituyen la principal recomendación de los médicos para el tratamiento de la incontinencia urinaria. Cuando se practican correctamente y se es constante, son la solución no invasiva más efectiva para esta patología. Un estudio médico realizado a más de 700 mujeres demostró que aquellas que hacen los ejercicios de Kegel tienen más probabilidades de mejorar e incluso curar su incontinencia urinaria. Las participantes en la investigación tuvieron menos problemas de pérdidas y afirmaron tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, a muchas mujeres les cuesta hacer los ejercicios correctamente e incluso desisten al no ver ningún progreso, así que los médicos recomiendan que usen un ejercitador para obtener mejores resultados y permanecer motivadas.

Mantén un horario para hacer pis

Orinar de forma programada – digamos, cada una o dos horas – es una buena idea para cualquiera que tenga incontinencia urinaria. Incluso aunque no tengas ganas de ir al baño, vaciar la vejiga antes de salir de casa, oficina o restaurante, te ayudará a prevenir accidentes. Tómate tu tiempo en el baño. Tras orinar, relájate un poco e intenta orinar de nuevo. Esto te ayudará a vaciar la vejiga por completo.

Elimina la cafeína

La cafeína, que se encuentra en el café, cola y bebidas energéticas, actúa como estimulante de la vejiga y es diurética (aumenta la producción de orina). Esto puede provocar una necesidad repentina de orinar. Las mujeres que toman grandes cantidades de cafeína tienen un 70 % más de probabilidades de tener incontinencia urinaria que el resto. Trata de reducir tu consumo de cafeína e incluso de café descafeinado o sustitúyela por infusiones.

Localiza el baño más cercano

Si tienes incontinencia urinaria, siempre es buena idea saber dónde puedes encontrar un cuarto de baño. Al llegar a un lugar público, como un restaurante, pregunta a un miembro del personal dónde está el baño. Puedes incluso descargar aplicaciones en tu teléfono que te permiten encontrar el baño público más cercano cuando necesites ir.

No bebas demasiado

Estar hidratada es importante, pero ten cuidado de no beber demasiado. La cantidad de líquidos recomendada al día es de unos ocho vasos, así que trata de tomarlo a sorbos a lo largo del día en vez de hacerlo de golpe.

Comprueba tu medicación

Algunos fármacos pueden tener efectos diuréticos. Consulta con tu médico si alguno de los fármacos que tomas podrían estar aumentando tus ganas de orinar. Si no puedes cambiar la medicación, intenta tener un baño cerca durante unas horas después de tomar el medicamento. En el trabajo, consulta si puedes cambiar de mesa para asegurarte de que estás cerca del baño.

No te rindas

Estos consejos pueden ayudarte a afrontar la incontinencia urinaria en el día a día y a impedir pérdidas o accidentes. Recuerda que la incontinencia urinaria puede tratarse y es más común de lo que crees. No estás sola y puedes recuperar el control. No sufras en silencio. Asegúrate de hablar con tu médico sobre las opciones de tratamiento y manejo a largo plazo.

 

Por favor ten en cuenta que los consejos ofrecidos por Intimina pueden no ser apropiados para tu caso en particular. Consulta siempre con tu médico si tienes preocupaciones específicas relacionadas con tu salud.

 

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