Características, ventajas e inconvenientes del preservativo femenino o interno

Salud femenina | | Brenda B. Lennox

‘Por primera vez en la historia de la humanidad, las mujeres se pueden dar el lujo del sexo casual sin tener que lidiar con consecuencias indeseadas para su salud. Probablemente, la herramienta más poderosa que la mujer tiene para proteger su salud sexual y reproductiva es el condón. Y nuestra salud es demasiado importante como para dejarla en manos de nuestra pareja o parejas: debemos responsabilizarnos y llevar e insistir en usar condones siempre’. Dr. Zhana Vrangalova

A pesar de que los preservativos son esenciales para impedir la transmisión de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como el SIDA, la sífilis, la gonorrea o la hepatitis B, los contagios han aumentado estos últimos diez años debido, principalmente, a que no se usan condones ni barreras bucales durante las relaciones sexuales anales, vaginales y orales. Esto es aún más preocupante si consideramos que ITS como la gonorrea o la clamidia no presentan síntomas en sus primeras fases, por lo que las personas infectadas (las estadísticas indican que más de la mitad de la población sufre una ITS y no lo sabe) siguen manteniendo relaciones sexuales sin protección y, por lo tanto, contagiando a más personas. A esto se suma que, cuando empiezan a notar los síntomas, solo 1/3 de los afectados acude al médico y los que al final lo hacen, tardan entre dos y cuatro años, cuando los síntomas son graves y han causado otros trastornos de salud.

El estudio A Trend Analysis of Condom use in Spanish Young People over the Two Past Decades, 1999–2020, realizado por investigadores de la Universidad Jaume I y la Universidad de Valencia, examina la evolución del uso del preservativo según género en jóvenes españoles, en diferentes prácticas sexuales (vaginal, oral y anal), relaciones (estable y esporádica) y al practicar sexo tras consumir drogas, durante las dos últimas décadas (de 1999 a 2020). Para llevarlo a cabo, 14.472 personas de entre 17 y 40 años (63,5% mujeres) cumplimentaron el Cuestionario de Prevención del Sida cada año. El estudio concluye que, en general, el bajo uso del preservativo se mantiene estable e incluso empeora con independencia del tipo de práctica sexual, relación y consumo de sustancias.

Aunque este y otros estudios muestran que los adolescentes son el grupo con más contagios de ITS (las tasas de ITS se han incrementado entre los adolescentes de 15 a 19 años: un 54% la sífilis, un 160% el gonococo, un 243% la clamidia), lo cierto es que también se han incrementado en las personas mayores de 65 años. Los datos del estudio La sexualidad en la gente mayor, presentado en 2016 en el salón FiraGran, basado en una encuesta realizada por la asociación Servicios Integrales para el Envejecimiento Activo (SIENA), a más de quinientas personas mayores de 65 años, revelan que la mitad de los encuestados no utilizaba preservativo en sus relaciones sexuales y un 26,3%, consideraba que el condón no es necesario para practicar sexo a edades avanzadas.

¿Por qué no se usan condones?

La excusa más empleada es que no se siente lo mismo. Considerando que el grosor de preservativos como HEX (el más fino del mercado) es de 0,045 mm (dos veces más fino que un cabello humano), y que las secuelas de una ETS pueden incluir la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) la infertilidad, dolores crónicos y otras afecciones graves, la excusa es ridícula.

Lo cierto es que el descenso del uso de preservativos obedece a factores más complejos. Como explica la Dra. Alicia Comunión, coordinadora del Grupo para la investigación de las ETS y Sida de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), en el caso de los jóvenes: «Hay una clara disminución del uso del preservativo por causas multifactoriales: la falta de educación sexual, el número de parejas sexuales, la falta de percepción del riesgo que ocasiona el consumo de drogas y alcohol, etc.». La falta de percepción del riesgo de contagio es el motivo principal por el que casi el 40% de los clientes de las prostitutas piden no usar preservativo y un 3,4% no quiere utilizarlos bajo ningún concepto, forzando a muchas trabajadoras sexuales a aceptar estas condiciones.

En el caso de las personas mayores de 65 años, las causas son similares: falta de educación sexual, creencia de que el contagio con una Infección de Transmisión Sexual solo ocurre con personas promiscuas y el no necesitar usarlo por no haber riesgo de embarazo.

No podemos dejar de lado la problemática de los embarazos no deseados y sus consecuencias, especialmente entre adolescentes. Según el informe El aborto en España 35 años después (1985-2020), del Instituto de Política Familiar (IPF), se produjeron 95.917 abortos registrados en 2018. Es decir: se produjo un aborto (registrado) cada 5,5 minutos, lo que supone 11 abortos cada hora y 263 abortos cada día. El informe también revela que de los 95.917 abortos oficiales en 2018, más de la mitad (51.299 mujeres, el 53,5%) se realizaron en menores de 30 años y que 4 de cada 10 (35.269 abortos -el 37%-) ha sido precedido de otros abortos anteriores.

Tradicionalmente, era el hombre quien compraba preservativos; una costumbre que, por fortuna está cambiando. Según esta encuesta realizada por LELO, las mujeres realizamos el 40% de las compras totales de condones, online y en establecimientos y el 47% de las compras online de HEX™. Sin embargo, solo el 6% de las encuestadas afirmó que los llevaba consigo cuando salía por la noche y había posibilidades de sexo casual. ¿Por qué? La respuesta es muy sencilla: el miedo a ser consideradas promiscuas continúa. Como afirma Cindy Gallop, de MakeLoveNotPorn, «Debemos terminar con el doble rasero por el que se considera putas a las mujeres que llevan condones». Por otro lado, muchas personas se enfrentan a la manipulación emocional por parte de sus parejas (ocasionales o no). No me amas, Crees que tengo una ITS, No confías en mí son otras de las frases lapidarias para no usar preservativo. Y, por desgracia, las mujeres acabamos cediendo al chantaje emocional solo por agradar.

Debemos priorizar nuestra salud, debemos protegernos de las ITS y los embarazos no deseados. Un No debe ser un NO tanto frente a relaciones sexuales no deseadas, como a mantenerlas sin seguridad. Debemos tomar las riendas, no solo defendiendo nuestro derecho a la salud, sino también asumiendo nuestra parte de responsabilidad, llevando preservativos para que la manida excusa No llevo deje de tener poder sobre nosotras. ¿Y si aun ofreciendo tú condones masculinos, tu amante dice que no quiere ponérselo? Pues tienes dos opciones claras: decirle que ahí tiene la puerta y que cierre al salir o usar tú un preservativo femenino o interno

Características, ventajas e inconvenientes del preservativo femenino o interno

Los preservativos femeninos o internos están fabricados con una cubierta y un anillo exterior de nitrilo (plástico blando) y un anillo interior de poliuretano. El anillo interior cerrado permite la colocación e inserción en el interior de la vagina, mientras que el exterior, abierto y flexible, permite cubrir los labios y el clítoris e impide que se introduzca demasiado en la vagina o que pierda su posición.

Sus medidas oscilan de 16 a 18 cm de longitud y de 7.6 a 8.2 cm de diámetro, y su grosor varía entre 0,041 mm y 0,061 mm, por lo que es más ancho y fino que los preservativos convencionales. Además, tienen un lubricante a base de silicona tanto en el interior como en el exterior, que facilita las relaciones sexuales anales. Siempre que se utilicen correctamente, los condones internos ofrecen la misma protección que los convencionales, tanto frente a los embarazos como a las ITS, aunque su estructura también protege frente a las verrugas genitales, a diferencia de los masculinos. Estas características ofrecen las siguientes ventajas e inconvenientes:

Ventajas

  • Sensibilidad. El condón interno es más fino (salvo los casos de preservativos masculinos especiales como LELO HEX, dos veces más fino que un cabello humano) y más ancho, por lo que no oprime el pene. Además, se ajusta perfectamente a las paredes vaginales debido a la humedad y temperatura de estas, por lo que la sensibilidad de los dos amantes es absoluta.
  • Comodidad. No hay que ponerlo cuando el pene esté erecto, así que puedes introducírtelo mucho antes de la relación sexual. Además, puedes llevarlo puesto hasta 8 horas (antes de la eyaculación), sin que pierda efectividad. Por otro lado, una vez que le pillas el truco, es muy sencillo de colocar (parecido a introducirte una copa menstrual)
  • Protección. Proporciona mayor protección contra las ITS enfermedades de transmisión sexual como el Virus del Papiloma Humano y por VIH, al proteger el escroto e impedir el contacto de los genitales masculinos y del semen con la vagina y genitales femeninos externos. Por otro lado, tiene la ventaja de permanecer en su sitio, a diferencia de los condones masculinos, que pueden deslizarse en nuestro interior cuando eyacula.
  • No provoca alergias. Los condones internos están hechos de poliuretano y de nitrilo, así que pueden usarlo los alérgicos al látex.
  • Resistencia y durabilidad. El poliuretano y el nitrilo son más resistentes que el látex, por lo que tienen un potencial de roturas menos frecuente (incluyendo el sexo anal). Además, si se almacenan correctamente, su vida útil es superior, aunque las condiciones de almacenamiento no sean las más indicadas.
  • Control. Los condones femeninos nos permiten a las mujeres tener el control de nuestra protección durante el sexo y abandonarnos al placer. No hay nada más estresante que estar dándole vueltas a si realmente él «controla» y hará bien la marcha atrás (que, por otro lado, es uno de los métodos anticonceptivos más ineficaces y, claro está, no protege contra las ITS, ya que para contagiarse no es necesario eyacular, solo el contacto de los genitales y fluidos.

Inconvenientes

  • Precio. Son más caros, una media de 3 euros por preservativo.
  • Accesibilidad. Son más difíciles de encontrar en las tiendas físicas y farmacias, aunque no hay el más mínimo problema online.
  • Sensibilidad femenina. Al cubrir el clítoris, algunas mujeres sienten que les quita sensibilidad; otras, sin embargo, afirman que el roce del material lubricado les da un placer añadido.

Cómo ponerte un preservativo femenino o interno

Consejos generales

  • No lo guardes en un sitio donde vaya a soportar altas temperaturas, ni en un lugar en el que le vaya a dar mucho el sol, ni tampoco en donde haya mucha humedad, ya que se deteriorará: la guantera del coche, la cartera y el bolso son malos sitios para dejarlos permanentemente.
  • Antes de usarlo, lee bien sus instrucciones, mira la fecha de vencimiento y comprueba que no está dañado. Si el envoltorio está arrugado, desgastado o roto, o el condón caducado, tíralo.
  • No lo uses al mismo tiempo que un preservativo masculino; si se utilizan a la vez, aumenta el riesgo de deslizamiento y rotura.
  • Usa un lubricante para evitar que el condón se deslice y se rompa, y siempre que practiques sexo anal con él.
  • NO reutilices el condón femenino; al igual que el masculino, pierde su efectividad.

Consejos concretos

  • Adopta una postura cómoda (con una pierna apoyada en una silla o semitumbada en la cama con las piernas flexionadas) y relaja las paredes vaginales.
  • Rompe el envoltorio con cuidado de no romper el condón con las uñas o los dientes.
  • Coge el preservativo por el extremo que está cerrado y apriétalo suavemente.
  • Separa los labios vaginales con la otra mano y acércalo a la entrada de la vagina.
  • Suéltalo en tu interior, mete el dedo índice y empuja el anillo interno hasta pasar el hueso púbico, asegurándote de que queda en el fondo de tu vagina.
  • El anillo externo debe quedar por fuera de la entrada de la vagina.
  • Después de que tu pareja haya eyaculado, túmbate, da algunas vueltas al anillo externo (como enroscándolo) para que no se derrame el semen y tira suavemente para sacar el condón.
  • Comprueba que no se ha roto y tíralo a la basura. No lo arrojes al wáter, puede colapsar los sistemas de depuración y si llega a la naturaleza, perjudicará los ecosistemas. ¡Sé ecofriendly!

El preservativo femenino fue creado para solucionar la vulnerabilidad de la mujer, que dependía del hombre a la hora de ejercer sus derechos de salud sexual, puesto que no siempre usaba preservativo o se negaba a ello, dejándola en una situación de indefensión. Desde 1992, las mujeres podemos asumir la responsabilidad de cuidar y defender nuestra salud sexual. Hagámoslo. Toma precauciones y no caigas en el gran error de creer que el riesgo solo aparece cuando eres promiscua o la persona con la que mantienes relaciones sexuales lo es; el riesgo aumenta, simplemente. Solo es necesaria una relación sexual con alguien infectado para infectarte. Solo una. Si reivindicamos empoderamiento sexual, que no sea solo para disfrutar del sexo, sino también para hacerlo con seguridad. Si un hombre no quiere ponerse un preservativo masculino, que no lo haga: nosotras tenemos el derecho a decir que no o a ponernos uno femenino.

Fuentes:

Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health/Center for Communication Programs and World Health Organization. Family planning: a global handbook for providers. 2018 Update. WHO; 2018. Pp 247-271. https://www.who.int/publications/i/item/9789241550574

Ballester-Arnal, R., Giménez-García, C., Ruiz-Palomino, E. et al. A Trend Analysis of Condom use in Spanish Young People over the Two Past Decades, 1999–2020. AIDS Behav 26, 2299–2313 (2022). https://doi.org/10.1007/s10461-021-03573-6

Los dermatólogos advierten de un nuevo aumento de las ITS en jóvenes. AEDV.

El aborto en España 35 años después (1985-2020). Instituto de Política Familiar España (IPF)

 Uso del condón femenino. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

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