Eficacia de los métodos naturales anticonceptivos según el índice de Pearl

Salud femenina | | Brenda B. Lennox

El índice de Pearl es el índice estadístico más común para medir la eficacia de los métodos anticonceptivos en estudios clínicos debido a su simplicidad y sencillez. Creado en 1933 por el biólogo estadounidense Raymond Pearl, el cálculo determina el número de embarazos no planificados por cada 100 mujeres en un año, utilizando un método anticonceptivo concreto. Es decir, el número de embarazos no deseados que ocurrirían en un grupo de 100 mujeres utilizando un método anticonceptivo concreto durante todo un año.
Aunque el índice de Pearl sea el más utilizado para determinar la eficacia de un método anticonceptivo concreto puede presentar fallos, ya que parte de la premisa de que todas las mujeres estudiadas tienen la misma probabilidad de quedarse o no embarazadas y de que estas probabilidades se mantienen constantes en el tiempo, algo que no tiene por qué ser cierto. Generalmente, las mujeres que llevan menos tiempo usando un método concreto corren un riesgo mayor de aplicarlo incorrectamente y, por lo tanto, sufrir un embarazo no planificado que los que la dominan. Asimismo, como todas las medidas de efectividad en reproducción, el Índice de Pearl está basado en las observaciones en una población determinada, por lo que otra población usando el mismo anticonceptivo puede dar un distinto valor al índice.
Muchas mujeres son reacias a utilizar métodos anticonceptivos artificiales por los efectos secundarios que pueden provocar, como irritación vaginal, alergias, sangrado menstrual irregular, naúseas, dolor de cabeza, mareos, sensibilidad excesiva en los senos o cambios de humor. Por ello, en este reportaje veremos solo los distintos métodos anticonceptivos naturales y su eficacia según el índice de Pearl. En un principio, iba a añadir los porcentajes exactos, pero tras comprobar que varían según el estudio realizado y la fuente consultada, simplemente indicaré si su eficacia es baja, media o alta.

Calcular los días fértiles

Cada ciclo menstrual es único (largo o corto, regular o irregular, doloroso o indoloro, intenso en flujo o ligero…), aunque se considera normal y saludable cuando dura entre 24 y 36 días y la menstruación, entre tres y cinco días (otras fuentes señalan entre dos y ocho). Una de sus fases es la ovulación, que podría definirse como la liberación del óvulo desde el ovario a la trompa de Falopio.
La ventana fértil es el momento del ciclo menstrual en el que una mujer puede quedarse embarazada porque su pico de fertilidad se encuentra en lo más alto. En teoría, la ventana fértil empieza cinco días antes de la ovulación y termina cuando esta se produce, por lo que evitar las relaciones sexuales sin protección durante esos seis días sería un método anticonceptivo efectivo y de ahí la importancia de saber calcularlos.
Suele afirmarse que, por lo general, la ovulación ocurre aproximadamente dos semanas antes del período o regla, justo a la mitad de un ciclo menstrual de veintiocho días. Sin embargo, más del 70% de las mujeres participantes de un estudio reciente se encontraban en su ventana fértil antes del día 10 y después del día 17; es decir, solo el 30% eran fértiles entre los días 10 y 17 de su ciclo.
A esto se suma que, como expliqué en el reportaje Etapas del ciclo menstrual en la vida de la mujer, los ciclos menstruales varían por numerosos motivos como, por ejemplo, la edad, efectos de algunos medicamentos, alteraciones hormonales, padecer el síndrome del ovario poliquístico o SOP, estrés, tabaquismo y trastornos alimenticios (obesidad, bulimia, anorexia). Estas variaciones pueden provocar que la ovulación se adelante, se retrase, no se produzca e incluso que coincida con la menstruación, aumentando el riesgo de embarazo.
Por lo tanto, la ventana fértil es muy variable, incluso para las mujeres que consideran que sus periodos son regulares. No obstante, algunos métodos anticonceptivos utilizan distintos sistemas de medición para calcular los días fértiles con mayor exactitud, como el Ogino-Knaus, la medición de la temperatura corporal y el examen del moco o flujo cervical.

Método Ogino-Knaus

El método Ogino-Knaus, método del ritmo o el método del calendario fue desarrollado en 1924 por el ginecólogo japonés Kyusaku Ogino, y perfeccionado por el médico austríaco Hermann Knaus en 1928. Consiste en establecer la periodicidad de la menstruación para determinar los días más apropiados para mantener relaciones sexuales sin riesgo de quedarse embarazada.
Para ello, cada mujer debe registrar durante 6 meses la duración de sus ciclos menstruales y proceder a un cálculo matemático. Ogino parte de la base de que el día 14 de cada ciclo es el primero de la ovulación, pero como puede presentar variaciones se le añaden 4 días de margen, resultando la suma de ambas cifras 18. Para determinar los días no fértiles se resta 18 a la cifra del ciclo más corto y 11 a la más larga. Las cifras resultantes serían los días más fértiles; y las anteriores y posteriores, los días en los que la probabilidad de embarazo es inferior.
Por ejemplo: si el ciclo menstrual concreto de una mujer se extiende entre 25 y 32 días, sería infértil los primeros 7 días de su ciclo (25 – 18 = 7); fértil entre los días 8 y 20, e infértil de nuevo el día 21 (32 – 11 = 21).
Knauss trató de perfeccionar el método desarrollado por Ogino, afirmando que debería restarse 17 días al ciclo más corto y 13 al más largo; por lo que las cifras resultantes varían, dificultando la decisión de qué medición debería ser la correcta.
El índice de Pearl considera este sistema poco fiable, porque aunque se haya medido durante 6 meses o un año el ciclo personal, su regularidad puede variar por los motivos que vimos antes (edad, estrés, SOP, etc.). No obstante, algunos estudios determinan que cuando se hace bien, este método tiene un nivel de efectividad de entre el 75 y el 80%.

Método de la temperatura

La temperatura basal es la temperatura más baja que alcanza el cuerpo en reposo (generalmente durante el sueño). A lo largo del ciclo menstrual, la temperatura basal del cuerpo experimenta variaciones. Debido a la secreción de progesterona por parte del ovario justo después de la ovulación, esta temperatura aumenta entre 0,3 y 0,5 grados centígrados (otras fuentes señalan 0,2 como mínima), manteniéndose elevada hasta el siguiente período menstrual.
Este método anticonceptivo consiste en tomarse la temperatura durante todo el ciclo menstrual, al menos durante tres meses, y registrarla en tablas, para advertir las variaciones. Es un método exigente que requiere precisión y seguir las siguientes pautas: tomarse la temperatura antes de levantarse de la cama tras haber dormido mínimo tres horas, siempre a la misma hora (la temperatura basal puede elevarse una décima o reducirse dependiendo del tiempo transcurrido desde que una persona se despierta), con el mismo termómetro (mercurio o digital) y en la misma vía (oral, vaginal o rectal).
Aunque se considera un método más efectivo que el anterior, presenta fallos: la temperatura corporal puede oscilar a lo largo del día y por otras causas como, por ejemplo, infecciones víricas, constipados, alcohol, cena copiosa, fármacos o enfermedades crónicas.

Método Billings

El moco o flujo cervical puede ser una gran herramienta para saber cuándo te encuentras en tus días más fértiles, debido a que cambia a lo largo del ciclo. El método Billings consiste en observar esos cambios en el flujo o moco cervical: cuando es claro, viscoso y elástico, similar a la clara de huevo, la ventana de fertilidad es alta.
Aunque puede ser efectivo, requiere disciplina y conocer perfectamente las características de nuestro flujo cervical durante el ciclo (no todas tenemos el mismo concepto de qué es exactamente “consistencia de clara de huevo”). Además, algunos factores como medicamentos o trastornos ginecológicos pueden cambiar su consistencia, por lo que es un método relativamente fiable según el índice de Pearl.

Método sintotérmico

El método sintotérmico (MST) consiste en observar determinados signos y síntomas que cada mujer experimenta a lo largo del ciclo menstrual, utilizando varias de las herramientas anteriores a la vez:
• Método de la temperatura.
• Método Billings
• Método Ogino-Knaus.
• Aparición del dolor intermenstrual o mittelschmerz.
Se considera el más eficaz de todos los métodos naturales, aunque presenta los inconvenientes específicos de cada uno de ellos.

Las calculadoras de la ovulación

Las calculadoras de la ovulación pueden ayudar a determinar los días fértiles introduciendo determinados datos o mediante la medición de la temperatura o el cálculo de hormonas en la orina. Es posible encontrar calculadoras online que precisan los días de ovulación tras haber introducido factores concretos como primer día de la regla, duración del ciclo, duración de la fase lútea, etc. Como son meramente orientativas, suelen ser más útiles para determinar qué días son mejores para quedarse embarazada y no al contrario.

Método lactancia amenorrea (MELA)

La lactancia materna disminuye la posibilidad de quedarse embarazada, debido a que lleva aparejada la amenorrea o ausencia de regla. Aunque el índice de Pearl califica este método anticonceptivo como poco fiable, debido a que solo sirve durante los seis primeros meses postparto y siempre que se amamante al bebé, el estudio Método Lactancia Amenorrea: MELA: Eficacia y recomendaciones actuales lo recomienda. Sus autoras, las matronas Mercedes Rey Arijon y Lucía Paredes Martínez, afirman que es un método anticonceptivo altamente eficaz (entre el 0,45% y 1,5%) en mujeres amenorreicas que amamantan de forma exclusiva o casi exclusiva durante los primeros 6 meses, siempre que cumplan escrupulosamente los criterios establecidos, entre los que se encuentran un estado de amenorrea constante y mantenimiento de una lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses postparto.

Lavado vaginal

Aplicarse duchas vaginales caseras con agua mezclada con vinagre, limón o mezclas herbales no evita el embarazo, puesto que los espermatozoides suelen llegar a la trompa uterina donde ocurre la concepción noventa segundos después de la eyaculación. De hecho, según el índice de Pearl, casi un tercio de cada 100 mujeres se quedan embarazadas en el plazo de un año con este método. Además, las duchas vaginales (y más con determinados productos) alteran la flora vaginal, favoreciendo la aparición de la vaginitis irritante y aumentando el riesgo de infecciones.
Por otro lado, es cierto que existen tratamientos herbales tópicos (ruda, perejil, ajenjo, ruda, etc.) que pueden provocar un aborto, pero no son anticonceptivos (es decir, no impiden la concepción), sino abortivos (pueden destruir o eliminar el óvulo fecundado) y además presentan riesgos graves a la salud de la gestante.

Coitus reservatus

El coitus reservatus, coito reservado o continencia sexual consiste en mantenerse en la fase meseta durante el coito, evitando llegar a la eyaculación. Este método anticonceptivo se relaciona con el método Karezza, una serie de técnicas creadas por Noyes y perfeccionadas posteriormente por la doctora Alice Bunker Stockham en su libro Karezza, la ética del matrimonio (1896) y J. William Lloyd en El método Karezza o Magnetización, el Arte del Amor Connubial (1931), que permiten controlar la eyaculación.
Aunque durante mucho tiempo fuera considerado como un método anticonceptivo muy fiable debido a la propaganda interesada de Noyes sobre las bondades de la Comunidad Oneida, lo cierto es que aunque se controlara de un modo absoluto la fase meseta pre-eyaculatoria (como los mejores practicantes del tantrismo), es posible que se excrete líquido pre-seminal que contenga espermatozoides. Así que no, no es un método anticonceptivo fiable según el índice de Pearl.

Coitus interruptus o marcha atrás

Termino con un método antiquísimo de anticoncepción que aparece en la Biblia, concretamente en el pasaje en el que Onán “derramaba la semilla en la tierra para evitar que su hermano tuviera una descendencia” (y del que procede el término “onanismo”, erróneamente atribuido a la masturbación). A diferencia del Coitus Reservatus, en el Coitus Interruptus, el hombre traspasa la fase meseta y llega al orgasmo, pero saca el pene en el último momento para eyacular fuera de la vagina.
A pesar de ser uno de los métodos naturales de anticoncepción más utilizados con la excusa de “yo controlo”, es el menos efectivo: las probabilidades de que el hombre se retire tarde o que haya secretado líquido pre-seminal antes de hacerlo son tan elevadas que el porcentaje de embarazos se eleva al 40%.

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