¿Qué es la episiotomía? Causas y tratamientos

Embarazo | | Brenda B. Lennox

En los últimos años, hay una corriente crítica contra las episiotomías innecesarias o sin consentimiento de la parturienta por considerarlas violencia obstétrica.

El artículo La violencia obstétrica: una práctica invisibilizada en la atención médica en España la define como «las prácticas y conductas realizadas por profesionales de la salud a las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio, en el ámbito público o privado, que por acción u omisión son violentas o pueden ser percibidas como violentas. Incluye actos no apropiados o no consensuados, como episiotomías sin consentimiento, intervenciones dolorosas sin anestésicos, obligar a parir en una determinada posición o proveer una medicalización excesiva, innecesaria o iatrogénica que podría generar complicaciones graves.

Esta violencia también puede ser psicológica, como por ejemplo dar a la usuaria un trato infantil, paternalista, autoritario, despectivo, humillante, con insultos verbales, despersonalizado o con vejaciones.

Aunque algunos médicos y matronas critican el uso del término «violencia obstétrica» por considerarlo contrario a su ethos y argumentan que, en conjunto, las actuaciones que se critican presentan más beneficios que riesgos si se aplican tempranamente, «y que retrasarlas puede hacer que resulten ineficaces si se evidencian necesarias», lo cierto es que a pesar de la declaración emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2014, con el fin de alertar y erradicar la falta de respeto durante la atención al parto en los centros de salud, a nivel mundial, y de sus recomendaciones para los cuidados durante el parto y para una experiencia de parto positiva, entre las se encuentra el no realizar una episiotomía de forma rutinaria, en la práctica sí las realizan numerosos profesionales, causando graves secuelas físicas y psicológicas a la mujer.

Concepto y tipos de episiotomía

La episiotomía es una cirugía menor que se practica durante el parto para ensanchar la abertura de la vagina y facilitar la salida del bebé. La incisión requiere que se insensibilice previamente la zona (si no se ha puesto anestesia epidural), salvo que haya una emergencia que comprometa al bebé.Tras sacar a este y la placenta, el médico cerrará la incisión con puntos de sutura.

En cuanto a los tipos incisión, los especialistas los clasifican en dos:

  • Incisión mediana. Consiste en un corte recto en el perineo.
  • Incisión mediolateral. El corte es en ángulo, lo que reduce las probabilidades de que se desgarre hasta el ano, aunque el tiempo de curación es mayor que en la incisión mediana. El Ministerio de Sanidad recomienda este tipo de incisión «comenzándola en la comisura posterior de los labios menores y dirigida habitualmente hacia el lado derecho. El ángulo respecto del eje vertical deberá estar entre 45 y 60 grados de realizar la episiotomía». 

Motivos de una episiotomía

Tanto la OMS como el Ministerio de Sanidad aconsejan que la episiotomía no se realice de forma rutinaria durante un parto vaginal ni tampoco a mujeres con desgarros de tercer o cuarto grado en partos anteriores, sino en casos en los que hay necesidad clínica, como un parto instrumental o sospecha de compromiso fetal, como los siguientes:

  • Parto instrumental (se requieren instrumentos para ayudar a sacar al bebé, como fórceps).
  • Se produce un desgarro hacia la zona uretral durante los trabajos del parto.
  • Los hombros o la cabeza del bebé son demasiado grandes para la abertura vaginal de la madre.
  • Distocia del hombro del bebé (su hombro está bloqueado detrás del pubis de la madre).
  • El bebé está en posición de nalgas (sus nalgas o pies están orientados a la abertura vaginal).
  • Frecuencia cardiaca anormal del bebé.
  • Expulsivo de más de dos horas de duración.
  • Riesgo de desgarro de grado IV.

Posibles riesgos y secuelas de la episiotomía

    • Desgarro de la incisión (que puede llegar a afectar al músculo alrededor del recto o incluso al mismo recto).
    • Aumento de la hemorragia.
    • Infección del corte y los puntos de sutura.
    • Mayor tiempo de curación que los desgarros naturales y secuelas que pueden ser irreversibles.
    • Adherencias y granulomas en la cicatriz, que pueden causar dolor y pérdida de elasticidad y movilidad.
    • Queloides en la cicatriz (crecimiento excesivo del tejido, que provoca picores, irritación y dolor)
    • Prolapso o caída de órganos pélvicos (útero, cúpula vaginal, vejiga, uretra, intestino delgado y recto).
    • Asimetría muscular del perineo.
    • Incontinencia urinaria y fecal.
    • Dolores menstruales.
  • Dolores irradiados (lumbares, abdominales, posturales…). 
  • Dispareunia o dolor vaginal cuando se mantienen relaciones sexuales con penetración, durante una exploración ginecológica o cuando se introduce un tampón o una copa menstrual. 
  • Depresión, trauma psicológico y emocional.

Cuidados de la incisión y los puntos durante los primeros días

Por lo general, la incisión y los puntos de la episiotomía tardan una media de entre tres y cuatro semanas en curar del todo. Para evitar las infecciones y favorecer la cicatrización es de vital importancia que sigas los consejos que te dé tu médico, además de los siguientes:

Sanidad

Limpia la zona cada vez que vayas al baño, con agua tibia y jabón neutro. Luego, sécala bien para evitar la humedad, con una gasa o toalla pequeña limpia, sin frotar (es mejor que la seques dándote suaves toquecitos) y siempre de adelante para atrás, para que los gérmenes del ano no infecten la episiotomía.

Dejarla al aire acelerará el proceso de cicatrización, así que intenta descansar y dormir sin ropa interior y con vestidos, faldas y camisones holgados de algodón limpios.

Ropa interior

Tener la herida al aire no siempre resulta sencillo, ya que tras el parto, y durante un periodo de tiempo que oscila entre cuatro y seis semanas, aparecen los loquios, una secreción vaginal que contiene sangre, moco y tejido placentario. Para absorber este tipo de sangrado y a la vez proteger la episiotomía, puedes utilizar compresas tocológicas de algodón (sin plástico y sin súper absorbentes) o bragas desechables posparto (deberás cambiarte tanto unas como otras con frecuencia y con independencia de que se hayan manchado, para evitar infecciones).

Aunque ambos métodos tienen ventajas, también presentan inconvenientes, por lo que puedes optar por llevar, simple y llanamente, bragas de algodón 100% orgánico y cambiártelas cuando se manchen: este material facilita la absorción adecuada del sudor y del flujo (reduciendo el exceso de humedad), permite que la piel respire (impidiendo la proliferación de hongos y bacterias) y su textura es suave y cómoda (siempre que no uses las que lleven adornos, encajes y acabados ásperos). 

Protección y comodidad

La episiotomía puede convertir el estar sentada en un suplicio. Para que no te duela tanto, los especialistas recomiendan no usar el «rosco o flotador» ni sentarse en superficies blandas (como cojines o sillones muy mullidos), sino hacerlo en superficies firmes y rectas, procurando apoyar el peso del cuerpo en el glúteo contrario al de la cicatriz. Aunque deberás ser tú la que pruebe distintas opciones (como sentarte sobre cojines más firmes, toallas dobladas o recostada…) hasta encontrar la que te resulte más cómoda. 

Dieta

La cicatrización de la episiotomía y los puntos pueden molestarte mucho cuando vas al servicio y hacerte tener miedo por si se te saltan al «empujar». No es habitual que esto ocurra, pero para prevenirlo, sigue una dieta abundante en frutas, verduras y alimentos ricos en fibra, y bebe mucha agua.

Acude al médico

Durante el proceso de cicatrización, sentirás molestias, picazón y «tirones» de los puntos a medida que se vayan secando, que pueden ser dolorosos. Sin embargo, si notas que el dolor no disminuye, sino que aumenta en intensidad, la herida expulsa líquido o sangra, la zona está hinchada, caliente o enrojecida, y notas malestar general, acude a tu médico sin falta para descartar una infección.

Cuidados tras la cicatrización de la episiotomía

Una vez que la incisión haya cicatrizado totalmente y se hayan caído los puntos, puedes acelerar el proceso de regeneración de tu piel y evitar queloides dándote suaves masajes con aloe vera, cremas ricas en vitamina E y aceite de mosqueta o de almendras.

También puedes acudir a fisioterapeutas y profesionales especializados para que te ayuden en el proceso de recuperación y apliquen el tratamiento necesario para evitar o eliminar queloides, granulomas, adherencias internas y dolores asociados, así como para recuperar la tonicidad de tu suelo pélvico. 

En muchos casos, haber sufrido una episiotomía puede afectarte a nivel psicológico y emocional. Si es tu caso, no dudes en acudir a un terapeuta especializado para que te ayude en ese difícil momento. También puedes encontrar apoyo en grupos de mujeres que la hayan sufrido y asociaciones como el observatorio de violencia obstétrica.

Cómo prevenir una episiotomía

Informarse previamente sobre el profesional que nos ayudará durante el parto (para descartar al que las realiza como método habitual), sobre tipos de parto alternativo (como parir de manera vertical o en el agua) y aprender bien las técnicas de preparación para el parto (controlar las contracciones, la respiración y las ganas de empujar) pueden ayudarte a evitar las episiotomías innecesarias. 

Por otro lado, la mejor manera de reducir las probabilidades de sufrir una episiotomía es fortalecer el suelo pélvico con ejercicios de Kegel, mantener el core o faja abdominal en buen estado y realizarte masajes perineales.

Ejercicios de Kegel

Los ejercicios de Kegel son el tratamiento más eficaz para tonificar y fortalecer el suelo pélvico, aunque puede estar contraindicado en algunos casos (embarazo, posparto, operación ginecológica reciente…). Es necesario que vayas a un especialista para que examine tu caso y el estado de tu suelo pélvico, determine si puedes hacerlos y te oriente sobre cómo realizarlos, para no provocarte hipertonía.

Para asegurarte de que estás haciendo los ejercicios de Kegel de la manera correcta, puedes utilizar ejercitadores específicos basados en la biorretroalimentación, porque reconocerán el nivel de fuerza de tu musculatura pélvica y te guiarán para que realices una rutina de ejercicios con el ritmo y la duración adecuados a dicho nivel. 

Si ya sabes cómo es el estado de tu suelo pélvico y lo que necesitas, puedes utilizar estas pesas vaginales para fortalecer su musculatura: constan de una pequeña bola de silicona de grado médico (hipoalergénica y biocompatible) que contiene un pequeño núcleo interno con peso que vibra con el movimiento.

Cuida tu core o faja abdominal

El suelo pélvico forma parte del core o faja abdominal, una estructura muscular con forma de corsé que interviene en funciones tan relevantes como la respiración, la estabilidad y equilibrio de nuestro columna vertebral, la digestión, la defecación y la protección de las vísceras, entre otras.

Si esta estructura está debilitada, tensionada o rígida, puede generar problemas como lumbalgias, contracturas, incontinencia, prolapso de los órganos y aumentar la dificultad del parto.

Para evitarlo, debes cuidar el core o faja abdominal con gimnasia abdominal hipopresiva (en manos de un buen profesional), mantener una buena higiene postural, evitar el sedentarismo y aprender a relajar toda esta estructura, siguiendo los consejos que te damos en este artículo.

Masaje perineal 

El masaje perineal es una técnica muy eficaz para aumentar la elasticidad del periné y prepararlo al parto: disminuye la probabilidad de episiotomías y desgarros, el tiempo de recuperación del suelo pélvico tras el parto, el dolor posparto, la incontinencia urinaria y fecal, y la dispareunia o dolor durante la penetración. 

Aunque hay variaciones en cuanto al modo de realizarlo, la mayoría de los estudios coinciden en las siguientes pautas:

  • Consejos generales. La sesión de masaje perineal debe darse durante las 6 semanas previas al embarazo. Puedes dártelo sola o recurrir a tu pareja o a un fisioterapeuta. La duración debe ser de unos 5 a 10 minutos cada día o al menos cinco días por semana.Vacía tu vejiga, lávate bien las manos y recuéstate sobre una almohada, en posición cómoda. Consulta con tu médico qué aceite puedes utilizar; como explicamos en este artículo, algunos aceites herbales y cremas pueden perjudicar gravemente al feto; si quieres curarte en salud, el aceite de oliva es inocuo y sirve muy bien para dar este masaje.
  • Procedimiento. Unta tus dedos en aceite (o la persona que vaya a hacerte el masaje), introduce dos dedos en la vagina (unos 3 o 4 centímetros), presiona el perineo hacia abajo (zona del recto) y mueve los dedos describiendo una U, manteniendo una suave presión contra la pared vaginal y los músculos perineales, de manera que sientas cómo los estiras. Puede que sientas comezón o ardor, es normal, continúa con el masaje sin llegar nunca a un punto de dolor. Ten especial cuidado de no presionar sobre la uretra, para evitar infecciones de orina. 

Por otro lado, el masaje está contraindicado si tienes una infección (vaginal, urinaria o vulvar), varices vulvares y sufres complicaciones en el embarazo. Durante los primeros días, puede que notes que los tejidos están rígidos, pero se irán relajando y estirando con el tiempo.

A pesar de todas estas precauciones, el parto puede complicarse por otros motivos que no tienen que ver con la salud del suelo pélvico y requerir una incisión que sí es necesaria y que debemos aceptar, pero no las innecesarias. Como hemos visto, a pesar de que la OMS, el Colegio Americano de Obstetricia y la Estrategia de Atención al Parto Normal de España aconsejan no realizarlas de manera rutinaria, debido a sus consecuencias negativas, las estadísticas (que difieren mucho entre Comunidades Autónomas y centros) indican que la tasa sigue siendo elevada (del 26% en 2019) y que al menos una de cada tres mujeres las han sufrido aunque el parto se desarrollaba con normalidad, no requería intervención instrumental y no había riesgo para el feto.

Tanto la OMS como un gran número de profesionales inciden en la necesidad de concienciar al profesional sanitario sobre las consecuencias de una episiotomía y la importancia de la opinión de la mujer en la toma de decisiones, para evitar la violencia obstétrica. Está en nuestras manos informarnos de nuestros derechos, exigirlos y defenderlos.

Fuentes:

Rodríguez Mir, Javier; Martínez Gandolfi, Alejandra (1 de mayo de 2021). «La violencia obstétrica: una práctica invisibilizada en la atención médica en España». Gaceta Sanitaria 35 (3): 211-212. ISSN 0213-9111. doi:10.1016/j.gaceta.2020.06.019. Consultado el 13 de junio de 2023.

Sadler, Michelle and others (May 2016). «Reproductive Health Matters». Reproductive Health Matters Volume 24, Issue 47, Pages 47-55. doi:10.1016/j.rhm.2016.04.002.

MedlinePlus en español [Internet]. Bethesda (MD): Biblioteca Nacional de Medicina (EE. UU.) Episiotomía.Ultima revisión 4/19/2022. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000482.htm

La cicatriz de episiotomía o desgarro perineal. AtempoCare.

Recomendaciones de la OMS para los cuidados durante el parto, para una experiencia de parto positiva – Resumen de orientación. OMS.

Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal. Ministerio de Sanidad.

Dr. Francisco Zorrilla. 15 consejos útiles para cuidar la episiotomía. Consulta TU Ginecólogo.

Brenda Macías. Cómo tratar las cicatrices del parto: Desgarros, episiotomía y cesárea. Criar con Sentido Común (CSC).

Masaje perineal. Federación de Matronas (FAME).

Azón, E, Mir, E, Hernández, J, Aguilón, JJ, Torres, AM, & Satústegui, PJ. (2021). Actualización sobre la efectividad y evidencia del masaje perineal ante-natal. Anales del Sistema Sanitario de Navarra, 44(3), 437-444. Epub 30 de mayo de 2022. https://dx.doi.org/10.23938/assn.0976

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