La dispareunia y el vaginismo: síntomas, causas, tratamiento y prevención

Salud femenina | | Brenda B. Lennox

La disfunción sexual femenina es un término utilizado para describir tres categorías de trastornos o problemas recurrentes y persistentes relacionados con la excitación sexual, el orgasmo o la penetración. Dentro de las disfunciones sexuales femeninas que causan dolor genital durante la penetración destacan la dispareunia y el vaginismo. Muchas mujeres sienten dolor vaginal cuando mantienen relaciones sexuales, durante una exploración ginecológica o cuando se introducen un tampón. Esta disfunción sexual es una de las más comunes, ya que se presenta al menos una vez en la vida, aunque no es preocupante salvo que sea persistente y presente una serie de características.

Al dolor físico se suma el miedo anticipatorio a sufrirlo, que a su vez, puede intensificar el dolor físico al mantener relaciones sexuales, por lo que ambos síntomas se retroalimentan, formando un círculo vicioso que se debe atajar para que no degenere en una fobia a la penetración en general y a las relaciones sexuales, no solo penetrativas, sino a cualquier manifestación erótica, por temor a que lleve al coito.

Se considera que confluyen diversos factores en la aparición del dolor vaginal durante la penetración. La respuesta sexual implica la interacción compleja de fisiología, emociones, experiencias, creencias, estilo de vida y relaciones. La ruptura del equilibrio puede provenir de causas internas y externas, o de una combinación de ambas, de ahí que la sociedad, la cultura, la educación y el aprendizaje personal influyan drásticamente en la sexualidad.

En este reportaje veremos qué son el vaginismo y la dispareunia, cuáles son sus síntomas y diferencias, las causas de su aparición, los tratamientos existentes y las claves para su prevención.

El vaginismo

El vaginismo es una contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina, en respuesta a la penetración sexual (con el pene, los dedos o un juguete), a un examen ginecológico e incluso a la inserción de un tampón.

Tipos

El vaginismo puede ser primario o secundario. En el vaginismo primario, la mujer siempre ha experimentado dolor y/o espasmos con la penetración vaginal, con independencia de que no fuera sexual. En el vaginismo secundario, por el contrario, la mujer nunca ha padecido ningún dolor por contracción involuntaria, sino que le aparece de repente, ya sea con todas las parejas o con una en concreto.

Causas

Aunque existen factores físicos que pueden contribuir a su aparición (como una episiotomía), predominan los psicológicos, como el miedo y la fobia a las relaciones sexuales, una educación estricta y religiosa en donde el sexo fue mostrado como algo malo, problemas en la relación afectiva (como una pareja abusiva o sentimientos de vulnerabilidad), un historial de abusos sexuales o experiencias sexuales traumáticas previas.

Tratamiento

Atendiendo a su causa subyacente, el tratamiento puede consistir en una combinación de fisioterapia con dilatadores vaginales, ejercicios del suelo pélvico con dispositivos de biorretroalimentación, ejercicios Kegel, terapia sexual y cirugía. Es importante remarcar que, de no tratarse, el vaginismo conforma un círculo vicioso debido a la anticipación al dolor. La mujer tiene miedo a que le duela la penetración, por lo que la abertura vaginal se contrae involuntariamente ante cualquier penetración y esto le vuelve a provocar dolor, de manera que el miedo se retroalimenta.

La dispareunia: concepto, tipos y síntomas

Puede definirse la dispareunia como «el dolor genital persistente o recurrente que se manifiesta antes, durante o después de mantener relaciones sexuales con penetración», aunque es importante matizar que muchas mujeres también lo sufren cuando se introducen los dedos u objetos como juguetes sexuales, tampones o copas menstruales.

Tipos

  • Superficial: el dolor se percibe en la entrada de la vagina.
  • Profunda: el dolor se percibe en el fondo de la vagina y en la parte inferior del abdomen (cerca del pubis.
  • Primaria: el dolor se ha manifestado desde siempre; es decir, desde la primera relación sexual o desde la primera experiencia en un examen ginecológico o usando un tampón.
  • Secundaria: el dolor aparece después de un periodo vital en el que la penetración era indolora.

Síntomas

El síntoma principal es el dolor, aunque puede presentar diferencias sutiles relacionadas con el momento en el que aparece el dolor, sus características y si solo ocurre con las relaciones sexuales:

  • Dolor justo en el momento de la penetración sexual (con el pene o con los dedos).
  • Dolor en el momento de la penetración, con independencia de que sea con el pene o con un objeto como un tampón o una copa menstrual.
  • Dolor durante la penetración.
  • Dolor que persiste horas después de haber mantenido relaciones sexuales.
  • Dolor de moderado a intenso, sordo, irradiado a otras zonas del cuerpo (ano y pubis) o similar a un ardor o quemazón.

Causas orgánicas de la dispareunia

Según el manual MSD, la separación tradicional entre los factores psicológicos y fisiológicos de las disfunciones sexuales es artificial, ya que «el distrés psicológico causa cambios en la fisiología hormonal y neurológica, y los cambios físicos pueden generar reacciones fisiológicas que componen la disfunción». De hecho, suele ser habitual que confluyan varias causas físicas y psicológicas en cada paciente, por lo que no puede señalarse una como marcada.

Sin embargo, como los especialistas siguen separándolas en dos categorías para su mayor comprensión, en este epígrafe veremos las causas físicas de la dispareunia, diferenciando entre superficial y profunda.

Causas orgánicas de la dispareunia superficial

  • Atrofia vaginal o vaginitis atrófica causada por la reducción en los niveles de estrógenos, que provoca el adelgazamiento del tejido vaginal, la disminución de la lubricación y la inflamación de las paredes vaginales
  • Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como la gonorrea y la clamidia (que, como vimos en este reportaje, pueden degenerar en la enfermedad inflamatoria pélvica), tricomoniasis y el herpes simple genital.
  • Vaginitis por infección de hongos o bacterias, como la candidiasis.
  • Medicación. Algunos medicamentos, como los sedantes, antidepresivos, antihistamínicos o anticonceptivos, entre otros, afectan el deseo sexual y disminuyen la lubricación.
  • Lesiones o traumatismos. Estas comprenden las causadas por accidentes y las derivadas de operaciones quirúrgicas como la episiotomía, la cirugía pélvica o la oblación del clítoris.
  • Anomalías congénitas como la agenesia vaginal (vagina no formada por completo) o la imperforación del himen (este forma una membrana que bloquea la abertura de la vagina), así como trastornos vulvares como la distrofia.

Causas orgánicas de la dispareunia profunda

  • Trastornos y afecciones como la hipertonía muscular pelviana, la endometriosis, la enfermedad inflamatoria pélvica, el prolapso uterino, fibromas uterinos, hemorroides y quistes ováricos.
  • Cirugías como la histerectomía y tratamientos médicos para el cáncer como la quimioterapia.

Factores psicológicos y contextuales de la dispareunia

  • Los trastornos de ansiedad, la depresión y el estrés afectan al deseo y a la excitación sexual, pudiendo provocar una disminución de la libido, la lubricación y la tonicidad de los músculos del suelo pélvico.
  • Experiencias traumáticas previas como relaciones sexuales y emocionales negativas, haber sido víctima de abuso físico, emocional y/o sexual durante la infancia o adolescencia o haber perdido traumáticamente a personas a las que se ha amado.
  • Otros factores emocionales que pueden causar dolor en las relaciones sexuales suelen ser el miedo a las relaciones sexuales y/o a la intimidad, una baja autoestima, un alto nivel de exigencia, ciertos temores (a contraer una ITS, al embarazo, al daño emocional, al rechazo, al abandono, a perder el control, a no dar la talla, a ser juzgadas por nuestra vida sexual, etc.), problemas diarios (trabajo, dinero, familia), una educación sexual restrictiva y moralizante y, claro está, problemas específicos de la relación sentimental o sexual en concreto.

Diagnóstico de la dispareunia

Para diagnosticar la dispareunia y su causa, el médico suele analizar tu historial médico y hacerte un cuestionario. Dependiendo de los síntomas, también puede realizarte un examen manual pélvico, un examen ginecológico completo (que incluya citología), una ecografía y análisis de sangre y orina.

Es conveniente que te prepares para la consulta y te hagas las siguientes preguntas para orientar al médico. Por favor, no omitas información por vergüenza. No olvides que es un profesional y que tu salud puede agravarse si no se ataja la fuente del problema:

  • Historia clínica: ¿Padeces alguna enfermedad? ¿Qué medicamentos tomas? ¿Has tenido infecciones vaginales recurrentes? ¿Te has sometido a alguna cirugía (incluyendo parto)?
  • Dolor: ¿desde cuándo sientes dolor? ¿Dónde se localiza (entrada de la vagina, fondo, irradia al pubis)? ¿Cómo es (intenso, sordo)? ¿En qué momento aparece (comienzo de la penetración o durante esta? ¿Cuánto dura (solo con la penetración o continúa después)? ¿Es solo con relaciones sexuales o con cualquier tipo de penetración? ¿Aparece solo cuando mantienes relaciones con una pareja sexual en concreto o con todas?
  • Otros síntomas: ¿Tienes cambios en el flujo (textura, color)? ¿Percibes un olor vaginal desagradable? ¿Tienes problemas al orinar y/o defecar? ¿Notas hinchada la vulva? ¿Sientes irritación, picor o ardor vulvar o vaginal? ¿Te duele el vientre?
  • Relación afectiva y sexual: ¿Has mantenido relaciones sexuales sin protección? ¿Tienes pareja? ¿Tu relación funciona bien? ¿Cómo es tu percepción del sexo en general?

Tratamiento de la dispareunia

Las opciones de tratamiento varían según la causa del dolor. En algunos casos puede requerir la intervención de diversos especialistas, ya que como hemos visto, su origen puede ser multifactorial:

  • Medicación: Medicamentos específicos para la afección que provoca las molestias (por ejemplo, para la gonorrea, la clamidia o la tricomoniasis) o cambio de medicación (si es la que ha provocado alteraciones en la excitación y lubricación).
  • Estrógeno vaginal: La reducción de los niveles de estrógenos, característica de la menopausia, puede provocar síntomas como sequedad vaginal, picor y ardor, y problemas urinarios como la incontinencia. Aunque existen tratamientos con estrógeno, que pueden ser tópicos (se aplica directamente en la vagina) o por vía oral, no son recomendables porque aumentan el riesgo de sufrir ataques cardiacos, apoplejías, coágulos de sangre en las piernas y en los pulmones, cáncer de endometrio y de mama y demencia. Si es tu caso, pregunta por métodos alternativos, sigue estos consejos de alimentación y usa lubricante para facilitar las relaciones sexuales.
  • Fisioterapia pelviana. En los casos de hipertonía pélvica y vaginismo, es muy efectiva la fisioterapia pelviana con biorretroalimentación para entrenar y relajar los músculos de la pelvis, la reeducación postural y la electroterapia analgésica, así como terapias de insensibilización, con ejercicios de relajación vaginal.
  • Terapias psicológicas: Terapia cognitivo-conductual, terapia cognitiva basada en mindfulness y terapia de pareja, entre otras.

Prevención de la dispareunia

Ante todo, comunicación. Habla con tu pareja sobre lo que sientes, lo que te gusta y lo que no. Nunca aceptes hacer algo que te desagrada, por complacerla. Tampoco lo reduzcáis todo a la penetración y al orgasmo; los besos, las caricias, los juegos eróticos son un placer en sí mismos, no un medio para excitar, penetrar y eyacular.

Determinadas posturas sexuales y el tamaño del pene pueden causar molestias en el fondo de la vagina. Si has sentido dolor agudo durante la penetración, analiza si es con alguna postura en concreto. Si es así, cambia a otras menos profundas.

Si tu pareja es abusiva, por favor, plantéate salir de esa relación y busca ayuda en organismos públicas y asociaciones especialistas en tratar la violencia de género; ninguna persona merece soportar malos tratos.

Cuida tu suelo pélvico

Mantener en forma la musculatura de tu suelo pélvico con ejercicios de Kegel evitará disfunciones como la hipertonía pélvica, común en todos los casos de dispareunia crónica. Eso sí, deberás realizarlos de la manera correcta, preferentemente con ejercitadores específicos basados en la biorretroalimentación, ya que reconocerán el nivel de fuerza de tu musculatura pélvica y te guiarán para que realices una rutina de ejercicios con el ritmo y la duración adecuados a dicho nivel.

Hábitos de vida saludables

Adopta hábitos de vida saludables para tu cuerpo y tu mente. Cuida tu alimentación, deja el alcohol y el tabaco (está demostrado que afectan a nuestra salud sexual y pélvica), pasea y mantén el contacto con la Naturaleza, lee sobre sexualidad en medios serios (la educación sexual integral te ayudará a desterrar tópicos perniciosos), mantén a raya el estrés realizando actividades que te hagan feliz y te proporcionen equilibrio mental y emocional como el yoga, el taichí o la meditación y busca ayuda profesional si consideras que tienes un trastorno que afecte a tu salud mental como depresión o ansiedad.

Deporte y ejercicio físico

El ejercicio físico es bueno para la mente y el cuerpo, pero realizarlo de la manera incorrecta, así como determinadas prácticas como el deporte de alto impacto o los ejercicios hiperpresivos puede dañar los músculos del suelo pélvico y el core o faja abdominal. Si quieres practicarlos, te recomiendo que leas este artículo sobre el deporte y el suelo pélvico y este sobre cómo relajar el suelo pélvico y el core.

Protégete de las Infecciones de Transmisión Sexual

Utiliza preservativos (masculinos o femeninos) y barreras bucales de la manera correcta. Siempre. Un solo contacto sexual por vía anal, oral o vaginal, aun sin eyaculación, puede contagiarte. Recuerda que en los últimos años se ha experimentado un aumento alarmante de contagios por ITS y que la mitad de la población activa está infectada y no lo sabe, debido a que muchas infecciones son asintomáticas durante meses.

Cuida tu flora vaginal

La causa principal de la vaginitis o inflamación de la mucosa vaginal es la alteración del equilibrio de la flora vaginal. Entre los factores que influyen en su aparición se encuentran el uso inadecuado de tampones, compresas y salvaslip. Evita el uso de protegeslip y sustituye las compresas y tampones por copas menstruales de silicona médica; este material previene el crecimiento de bacterias y hongos, eliminando toda posibilidad de infección siempre y cuando se usen adecuadamente.

Evita también el aumento de la humedad vaginal, la ropa interior de tejidos artificiales, las duchas vaginales y los productos de higiene femenina como aerosoles, perfumes o polvos de talco.

Reflexión final

Espero haberte ayudado con este reportaje, aunque no puedo terminarlo sin insistir en ciertas ideas: no sientas vergüenza si padeces dolor durante la penetración ni lo sufras en silencio, rechazando las relaciones sexuales o forzándote a mantenerlas porque te sientes obligada. Como hemos visto, la dispareunia puede ser el síntoma de un trastorno grave y cuanto más tiempo tardes en buscar ayuda, más se acentuará el problema. Acude al médico y cuéntale qué te pasa para que pueda ayudarte. No omitas nada por vergüenza. No olvides que es un profesional y no te juzgará. Si consideras que no te ha prestado la ayuda suficiente, no dudes en acudir a otro, especialmente si crees que la raíz de tu dolor durante la penetración es psicológico.

Destierra todos los tabúes y tópicos negativos que te han enseñado. La sexualidad es un derecho de todo ser humano y mereces tener una plena y satisfactoria. Infórmate en sitios especializados, lee sobre el tema, acude a talleres, no permitas que una educación sexual incorrecta siga limitando tu vida.

Finalmente, si estás sufriendo una relación abusiva, busca ayuda para poder salir de ella sin poner en riesgo tu vida ni la de tus hijos; los malos tratos no cesarán con el tiempo, todo lo contrario; los maltratadores no cambian y tú no te mereces sufrir por más tiempo. ¡Adelante!

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