Cómo combatir la retención de líquidos durante la menopausia

Menopausia | | Brenda B. Lennox

La menopausia, o cese de la menstruación, es la etapa del ciclo menstrual en la que se interrumpe la ovulación. En este periodo, la producción de estrógenos y progesterona se reduce drásticamente.

Estas hormonas intervienen en muchas funciones: preparar el aparato reproductor para la recepción del esperma y la implantación del óvulo fecundado, reforzar el sistema óseo, favorecer el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y urinario, regular el estado de ánimo y estimular la libido.

De ahí que durante la perimenopausia y la menopausia puedan aparecer síntomas y trastornos como sofocos, dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), sequedad vaginal, osteoporosis, debilitamiento del suelo pélvico y edemas, especialmente en el abdomen, pies y manos, que provocan pesadez, rigidez y torpeza.

¿Cuáles son los síntomas de la retención de líquidos? ¿Qué hábitos la favorecen? ¿Cómo podemos evitarla? Descúbrelo en este artículo.

Retención de líquidos en la menopausia: concepto y causas

Un edema es la hinchazón causada por exceso de líquido atrapado en los tejidos del cuerpo o espacio intersticial (tejido celular subcutáneo), que puede ser local (piernas, brazos, manos, abdomen) o generalizada.

Aunque la retención de líquidos puede afectar tanto a hombres como a mujeres, las mujeres somos más propensas debido a los estrógenos y la progesterona, que pueden influir en el equilibrio de los líquidos y electrolitos del cuerpo, porque afectan a la vasopresina u hormona antidiurética.

Los estrógenos favorecen la retención de sodio en los riñones y la progesterona tiene un efecto diurético, por eso, cuando hay desequilibrios o alteraciones en sus niveles (por ejemplo, embarazo, menopausia, fase lutea del ciclo menstrual) tendemos a retener líquidos, hincharnos, tener celulitis y acumular grasa en pechos y caderas.

Otras causas de la retención de líquidos

Además de las alteraciones en los niveles de estrógenos y progesterona, pueden causar retención de líquidos el hipotiroidismo, el linfedema, algunas infecciones y los siguientes trastornos y hábitos:

  • Insuficiencia cardíaca. Problemas cardíacos como presión alta, insuficiencia cardíaca o insuficiencia venosa favorecen la retención de líquidos debido a la dificultad del corazón para bombear sangre o por un funcionamiento deficiente de las válvulas de las venas (que dificulta el retorno de la sangre hacia el corazón). 
  • Insuficiencia renal. La insuficiencia renal es una condición médica en la que los riñones no filtran ni eliminan los desechos y exceso de líquidos del organismo, provocando su retención y la hinchazón de cara, manos y pies. 
  • Insuficiencia hepática. El hígado tiene, entre otras funciones, la regulación del metabolismo, la desintoxicación de sustancias nocivas, la producción de proteínas (como la albúmina, que ayuda a mantener la sangre dentro de los vasos) y factores de coagulación. Cuando no funciona correctamente, se produce la insuficiencia hepática, que puede causar acumulación de toxinas, retención de líquidos, trastornos en la coagulación y alteraciones en el metabolismo y la digestión.
  • Medicación. Algunos medicamentos, como los corticosteroides, los antiinflamatorios no esteroideos o los antidiabéticos pueden provocar la retención de líquidos y la hinchazón en pies y manos.
  • Estrés. El organismo de las mujeres es más sensible al cortisol y a la adrenalina, hormonas que se liberan en situaciones estresantes, de ahí que seamos más propensas a sufrir estrés, así como otros trastornos como los edemas, porque el cortisol afecta a la circulación sanguínea, dificultando que los líquidos sean eliminados correctamente y también aumenta la retención de sodio y agua en los riñones.
  • Hábitos. Alimentación rica en sodio, grasas y azúcar, sedentarismo, tabaco y alcohol.

Síntomas de la retención de líquidos

El síntoma principal de la retención de líquidos es la hinchazón o edema en una o varias partes del cuerpo (pies, tobillos, piernas, brazos, manos, abdomen y cara), aunque también pueden aparecer los siguientes:

  • Piel tirante y seca. La piel de las zonas afectadas (sobre todo, la de las piernas) está tirante, tensa, seca y enrojecida. En ocasiones, pueden aparecer varices (venas gruesas de color y arañas vasculares (venitas de color rojizo o violáceo con forma de telaraña).
  • Aumento de peso. Aproximadamente, el 65% de nuestro cuerpo es agua; cuando se retienen líquidos, el porcentaje de aumento de volumen suele oscilar entre un 5 y 10%, lo que puede suponer de 4 a 7 kg de más. En ocasiones, el aumento de peso o volumen no es tan marcado, pero se advierte porque la ropa queda más estrecha, cuesta que los anillos y las pulseras nos sirvan y los calcetines dejan marca.
  • Rigidez. Sentir en las partes hinchadas presión, tirantez, debilidad, torpeza, poca flexibilidad y rigidez en las articulaciones (en especial, en los tobillos y muñecas).
  • Hipersensibilidad. Percibir hormigueo, quemazón y dolor en las zonas hinchadas; si son las piernas, pueden aparecer calambres cuando estamos en reposo (en especial, por la noche, en la cama).
  • Trastornos urinarios. Menor frecuencia urinaria (ir menos veces al baño) y menor cantidad de orina.

Cuándo ir al médico

Aunque la retención de líquidos en la menopausia suela ser frecuente, es necesario que vayas al médico para que encuentre su origen, ya que puede ser el síntoma de un trastorno grave de salud, como insuficiencia renal, hepática o cardíaca.

En todo caso, debes ir en cuanto experimentes cualquiera de estos síntomas:

  • Dolor intenso de cabeza, en el pecho o debajo de las costillas.
  • Dolor o hinchazón repentinos o persistentes en las piernas, en un solo pie o en una sola mano.
  • Enrojecimiento, tirantez y piel enrojecida y brillante en la zona afectada.
  • Fuerte hormigueo en los pies, piernas, brazos o manos.
  • Falta de aire o cansancio excesivo.
  • Desorientación, confusión, mareos.
  • Tos o expectoración.
  • Náuseas, vómitos.
  • Fiebre.

¿Cómo prevenir la retención de líquidos o edemas durante la menopausia?

Cuida tu alimentación

Aumenta el consumo de frutas diuréticas y depurativas como piña, ciruela, sandía, melón y uvas rojas. Incluye también verduras como acelgas, alcachofa, apio, berros, calabaza, cebolla y puerro.

Da prioridad a los alimentos ricos en potasio: plátanos, papayas, tomates, aguacates, naranjas, patatas, zanahorias, espinacas y lentejas. Puedes comer carnes magras como cerdo, ternera, pavo, pollo y conejo. Añade queso fresco y pescado rico en Omega 3 como merluza, salmón, sardinas, trucha o atún.

Por el contrario, evita los alimentos con mucha sal y conservantes. Entre ellos se encuentran los quesos curados y semicurados, embutidos, patés, salchichas, sobrasada, conservas, ahumados, salazones y frutos secos con sal. Reduce o elimina la comida rápida, los precocinados y ultraprocesados.

Evita también las salsas comerciales como mayonesa, salsa rosa, mostaza o ketchup, los caldos concentrados y los productos con aditivos o potenciadores del sabor como glutamato monosódico, citrato de sodio o benzoato sódico.

Si quieres dar sabor a tus platos, añade cúrcuma o jengibre. La cúrcuma tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y antioxidantes. Ayuda a reducir la hinchazón, el dolor y la sensación de pesadez y opresión. El jengibre, además de ser antiinflamatorio y analgésico, aporta minerales como fósforo y calcio, que previenen calambres y espasmos musculares.

(Si quieres más información sobre alimentos beneficiosos y perjudiciales durante la menopausia, te recomiendo este artículo).

Hidrátate

En contra de lo que afirman algunas personas, no «te hinchas» cuando bebes agua, sino al contrario; una correcta hidratación permite el buen funcionamiento del riñón y la eliminación de toxinas; por eso, bebe al menos dos litros de agua diarios, mantente hidratada con zumos, jugos y caldos de verduras (naturales, no industriales) y evita los refrescos, zumos, bebidas azucaradas y el alcohol, porque deshidratan. 

Las infusiones o pastillas de diente de león, cola de caballo o perejil (entre otras) tienen efecto diurético, pero es recomendable que consultes con tu médico si puedes tomarlas, al igual que otros productos diuréticos, porque pueden estar contraindicados en tu caso y presentar efectos secundarios, como hipotensión, deshidratación o arritmias.

Evita el sedentarismo

Para prevenir edemas, insuficiencia venosa y otros trastornos propios de la menopausia, haz ejercicio moderado como taichi, caminar o nadar. Practícalo al menos 30 minutos al día. El ejercicio refuerza el sistema inmunitario y fortalece huesos, articulaciones, músculos y tendones.

También regula la presión arterial y mantiene los niveles adecuados de azúcar e insulina en sangre. Además, aumenta la energía y la fuerza física, mejora la calidad del sueño y reduce el estrés y la ansiedad. Eleva el estado de ánimo y fortalece la salud del cerebro.

Activa la circulación

Si se te hinchan las piernas, tobillos, brazos y muñecas haz ejercicios en casa para activar la circulación, procura tener las piernas en alto, date suaves masajes (desde el pie a la ingle, y desde la mano a la axila), ducha los brazos y piernas con agua templada (alternándola con fría) y sumerge los pies y tobillos en agua tibia con sal. 

También es muy conveniente que vayas a un especialista para que te dé un drenaje linfático manual, para activar la circulación linfática y eliminar toxinas, sustancias y líquidos del organismo.

Elimina el estrés

Evita y alivia el estrés con técnicas como respiración diafragmática, meditación, mindfulness o conciencia plena, paseos durante el día (para aprovechar la vitamina D) en zonas naturales (bosques, parques, jardines, playa), actividades creativas (escribir, pintar, manualidades) y sociales. 

Como últimos consejos para prevenir y eliminar la retención de líquidos y edemas, procura llevar ropa holgada de tejidos naturales, zapatos cómodos, transpirables, flexibles y de materiales naturales, y, por favor, deja de fumar. Nunca es tarde.

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