La sequedad vaginal: síntomas, causas, tratamiento y consejos para prevenirla

Salud femenina | | Brenda B. Lennox

La humedad y lubricación de nuestra vulva y vagina dependen de varios factores. Por un lado, del flujo lubricante segregado por las glándulas de Bartolino y las vestibulares, para facilitar las relaciones sexuales; y por otro, del flujo vaginal, que además de aportar lubricación durante las relaciones sexuales, mantiene húmeda y limpia la vagina, y actúa como antibiótico natural para protegerla de infecciones.

A esto se suman las características únicas de sus tejidos: su pH (que oscila entre 4,5 y 5, a diferencia del pH general, que es más alto), su humedad y su microflora, que forma una capa protectora en la mucosa frente a virus, hongos y bacterias, mantiene el equilibrio del pH (impidiendo el crecimiento de patógenos que provocan infecciones vaginales), produce compuestos antimicrobianos (es decir, con efecto bactericida) y estimula nuestro sistema inmunológico, protegiéndonos de Infecciones de Transmisión Sexual como la clamidia o el virus del papiloma humano.

Este delicado equilibrio puede ser alterado por múltiples factores como cambios hormonales, el uso de determinados productos, trastornos de salud, medicamentos, hábitos poco saludables, etc., que provocan la sequedad de nuestra zona íntima y aumentan el riesgo de sufrir otros trastornos como infecciones vaginales y urinarias, dispareunia o vaginismo. 

Síntomas de la sequedad vaginal

  • Flujo vaginal leve.
  • Dolor, ardor o picazón en la vagina.
  • Ardor al orinar.
  • Irritación o picor durante las relaciones sexuales con penetración o después de estas.
  • Sangrado leve después de las relaciones sexuales.
  • Dificultad para introducirse una copa menstrual, un ejercitador del suelo pélvico o un tampón.

Trastornos derivados de la sequedad vaginal

  • Abrasiones, fisuras o úlceras en las paredes vaginales. A su vez, estas abrasiones pueden causar trastornos en la vejiga (inflamación, infección, problemas al orinar…) y aumentan el riesgo de sufrir infecciones vaginales por hongos, virus y bacterias.
  • Dolor o dispareunia durante las relaciones sexuales con penetración (incluyendo los dedos y juguetes sexuales) o durante la inserción de copas menstruales, ejercitadores del suelo pélvico o tampones. 
  • Vaginismo. es decir, la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina, en respuesta a la penetración sexual (con el pene, los dedos o un juguete), a un examen ginecológico e incluso a la inserción de un tampón. 
  • Pérdida del deseo sexual.
  • Miedo a las relaciones sexuales con penetración.
  • Estrés, ansiedad, inseguridad y baja autoestima.

Causas hormonales de la sequedad vaginal

El factor más común de la sequedad vaginal es la disminución de los niveles de estrógenos, hormona sexual femenina producida principalmente por los ovarios y por la placenta durante el embarazo, que cumple funciones tan importantes como intervenir en el metabolismo de las grasas y el colesterol, disminuir la tensión arterial, participar en la producción de colágeno y pigmentación de la piel, distribuir la grasa corporal, proteger los huesos, el cerebro y el corazón, regular el ciclo menstrual (con todo lo que eso implica), contribuir al mantenimiento de la salud del tejido vaginal (elasticidad de los tejidos vaginales, pH vaginal y lubricación) y equilibrar nuestro comportamiento emocional y libido, ya que están vinculados con los neurotransmisores «de la felicidad» (oxitocina, serotonina, dopamina y endorfinas), por lo que cuanto mayor es su presencia en el organismo, mayor es el deseo sexual, el optimismo, las sensaciones de bienestar y plenitud (y viceversa).

Los niveles de estrógenos varían de manera natural en tres momentos vitales: durante el ciclo menstrual, la lactancia, la perimenopausia y la posmenopausia:

Ciclo menstrual

Los niveles hormonales cambian a lo largo del ciclo menstrual y afectan tanto a la humedad genital y lubricación, como a nuestro estado de ánimo y libido. Como vimos en este artículo, el volumen y textura del flujo cervical varían en cada etapa de nuestro ciclo menstrual. El tipo 1, característico de los días inmediatamente posteriores al último de regla, es muy escaso o liviano, por lo que puede aparecer sequedad, aspereza y picazón en la vulva y la vagina. Por el contrario, el flujo de tipo 4, característico de la ovulación, es muy abundante, de textura líquida o acuosa, por lo que la humedad y lubricidad son muy altas, y no suelen experimentarse sequedad ni picores.

Posparto y lactancia

Tras el parto y durante los primeros seis meses de lactancia, los altos niveles de estrógenos (segregados por la placenta durante el embarazo) disminuyen drásticamente, mientras que aumentan los niveles de prolactina, provocando sequedad vaginal y un deseo sexual (casi) inexistente. 

Perimenopausia y posmenopausia

Durante la perimenopausia y tras la menopausia, el descenso drástico de los niveles de estrógenos puede causar vaginitis hormonal, un trastorno cuyos síntomas son el adelgazamiento del tejido vaginal, la inflamación de las paredes vaginales y una disminución en la lubricación, que provocan ardor o dolor al orinar, penetración incómoda o dolorosa (de cualquier tipo, es decir, tanto el pene, como juguetes sexuales, ejercitadores del suelo pélvico, tampones, copas menstruales, etc.) y sangrado leve tras las relaciones sexuales con penetración.

Otras causas de la sequedad vaginal

Tratamientos y medicación

Algunos medicamentos (sedantes, anticonceptivos, antidepresivos o antihistamínicos…) influyen en la libido y disminuyen la lubricación. A estos se suman otros que reducen los niveles de estrógenos, como los prescritos para el cáncer de mama, miomas uterinos, endometriosis o infertilidad, y tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia para la pelvis. Por otro lado, intervenciones quirúrgicas como la ooforectomía (extirpación de los ovarios) y la episiotomía (incisión que se realiza en el perineo para facilitar el parto) afectan a los tejidos y favorecen la sequedad vaginal.

Trastornos de salud

Trastornos y enfermedades como la esclerosis múltiple, la diabetes, el síndrome de Sjögren, la endometriosis, el estrés, la ansiedad y la depresión, entre otros, pueden provocar sequedad vulvar y vaginal.

Suelo pélvico

El suelo pélvico interviene en la sensibilidad, excitación y lubricación vaginales, la erección del clítoris y la intensidad de los orgasmos. Cuando su musculatura está debilitada (hipotonía), se reduce la sensibilidad vaginal, lo que se traduce en relaciones sexuales menos placenteras y anorgasmia; y cuando está muy tonificada (hipertonía), provoca molestias y dolor durante las relaciones sexuales (e incluso por la mera inserción de un tampón, una copa menstrual o ejercitadores del suelo pélvico).

Productos irritantes

Muchas mujeres sufren dermatitis vulvar, una afección caracterizada por sequedad y enrojecimiento de los pliegues de la abertura de la vagina y dolor y/o picazón vulvar y/o vaginal, debido al uso de productos de higiene íntima como desodorantes y polvos de talco, las compresas, tampones y protegeslips con productos irritantes (lejías, resinas o agentes aglutinantes) y elementos plásticos que están en contacto directo con la vulva, las bragas menstruales tratadas con sustancias biocidas (antibióticas) y determinados hábitos como la depilación genital.

Así mismo, son muy frecuentes los casos de vaginitis alérgica o vaginitis no infecciosa, un proceso inflamatorio de la mucosa vaginal que, por lo general, suele implicar un aumento en la secreción vaginal, picores, hinchazón y grietas en la zona vulvar y vaginal, causados por una reacción alérgica a esos mismos productos irritantes y a otros, como los anticonceptivos tópicos, ropa interior de materiales sintéticos, espermicidas vaginales, preservativos de látex. adornos genitales, juguetes sexuales y ejercitadores del suelo pélvico.

Tabaco

Fumar aumenta el riesgo de arterioesclerosis, atrofia genital (incluyendo el clítoris) y sequedad vaginal, que suelen disminuir el placer sexual, retardar la llegada del orgasmo y su intensidad, y provocar relaciones sexuales dolorosas y otras disfunciones sexuales, a medio/largo plazo.

Además, las sustancias químicas que contiene el tabaco disminuyen la excitación sexual y el deseo porque detienen la producción de estrógenos (un solo cigarrillo la frena totalmente) y afectan los neurotransmisores relacionados con el deseo sexual femenino.

Alcohol

El alcohol afecta a la humedad y lubricación de nuestra zona íntima e inhibe el deseo sexual. Por un lado, disminuye el flujo de sangre a los genitales, provocando que los tejidos se deshidraten (aumentando la sequedad) y pierdan su capacidad de reacción (en especial, la erección del clítoris); por otro, el alcohol inhibe ciertas partes del sistema nervioso central, ralentizando la respuesta sexual y la sensibilidad a los estímulos (como caricias).

 Tratamiento para la sequedad vaginal

Si sientes sequedad vaginal, no lo dejes pasar por vergüenza o porque crees que es normal; tampoco te automediques, recuerda que muchas veces es un síntoma de un trastorno subyacente y si no recibes el tratamiento adecuado, puede evolucionar a síntomas más graves. Acude al médico para que haga un diagnóstico personalizado y te prescriba un tratamiento acorde con la raíz de la sequedad (anillos o comprimidos vaginales, cremas humectantes vulvares, lubricantes vaginales, cambio de medicación, terapias psicológicas, etc.).

Terapia de reemplazo hormonal

Muchos especialistas son contrarios a las terapias de reemplazo hormonal (que suelen mandarse para los casos de sequedad vaginal provocada por la perimenopausia y menopausia), porque desequilibran la flora vaginal, presentan muchas contraindicaciones (como dolor de cabeza, vómitos, hemorragias, edemas, dolor abdominal intenso, depresión severa) y aumentan el riesgo de sufrir cáncer de endometrio, enfermedades en la vesícula biliar e ictus (primera causa de muerte femenina). Antes de aceptar este tipo de terapia, habla con tu médico sobre alternativas menos perjudiciales, utiliza cremas específicas para tu zona íntima y sigue los consejos generales sobre cómo protegerla.

Cremas humectantes

Las cremas humectantes vulvares son muy eficaces tanto para aliviar la sequedad, inflamación y picores de la vulva, como para prevenir su aparición, porque mantienen y equilibran la humedad y pH único de nuestra zona íntima y ayudan a la regeneración de sus tejidos. Es el caso de Balmy, una crema hidratante, humectante, protectora, calmante y regeneradora, específica para la vulva, clínica, ginecológica y dermatológicamente testada, hipoalergénica, libre de perfumes, sin gluten, vegana y no testada en animales, compatible con preservativos y con una textura fluida que no deja residuos en la ropa interior.

La composición de Balmy incluye ácido hialurónico (que alivia la sequedad vaginal, porque hidrata y regenera las mucosas, respetando la microflora vaginal y el pH íntimo), escualeno vegetal (molécula con propiedades antioxidantes y antibacterianas, que aumenta la producción de colágeno e hidrata y regenera la piel desde el interior) y aceites vegetales ricos en ácidos Omega 3 (que también reparan y regeneran la piel desde el interior, al contribuir a la reconstrucción de las células).

Esta combinación única alivia la sequedad de la vulva y los picores que aparecen en momentos puntuales (por el roce con la ropa interior, la depilación o las relaciones sexuales), la suaviza, hidrata y humecta (disminuyendo el riesgo de infecciones). Además, Balmy no causa dermatitis ni alergias porque es hipoalergénica y no contiene perfumes; ni tampoco altera el pH vaginal ni el equilibrio de su microflora, porque su pH es 4,5, así que puedes utilizarla varias veces al día, 

Lubricantes

Otro de los tratamientos para remediar la sequedad vaginal son los lubricantes, útiles para facilitar las relaciones sexuales y la inserción de copas menstruales y ejercitadores del suelo pélvico, aunque no vale cualquiera, sino uno cuya composición sea respetuosa con el pH vaginal, sin sustancias que puedan provocar vaginitis alérgica y compatible con preservativos (en el caso de que se utilice para mantener relaciones sexuales). 

INTIMINA ha desarrollado Feminine Moisturizer, un hidratante vaginal de fórmula ultra-ligera a base de agua, sin glicerina ni parabenos, enriquecido con aloe vera. Su composición es respetuosa con el pH vaginal y no provoca dermatitis ni vaginitis, por lo que puede utilizarse en cualquier ocasión.

Consejos para combatir la sequedad vaginal

Higiene íntima

No te hagas duchas vaginales y evita los jacuzzis y los baños con agua muy caliente, porque alteran el equilibrio de la flora vaginal, aumentan la sequedad y favorecen las infecciones vaginales y urinarias. 

No uses toallitas húmedas ni papel higiénico tintado (mejor el blanco) o con perfume ni productos de higiene íntima (como desodorantes, perfumes y polvos de talco), alteran el pH vulvovaginal (con todo lo que eso implica) y también pueden causar irritación y alergias. Ten especial cuidado con el detergente y suavizante que usas para lavar tu ropa interior, ya que puede provocarte alergias. Escoge jabones neutros, evita los suavizantes y enjuágala muy bien tu tras lavarla.

Protectores menstruales

Sustituye las compresas y tampones con productos irritantes (lejías, resinas o agentes aglutinantes) y elementos plásticos (que entran en contacto con la vulva) y bragas menstruales tratadas con sustancias biocidas o de materiales artificiales, por copas menstruales de materiales hipoalergénicos como las de INTIMINA, fabricadas con silicona de grado médico (es decir, la que se usa con fines médicos y quirúrgicos), un material no poroso que previene el crecimiento de bacterias y hongos, hipoalergénico (no provoca alergias), biocompatible (compatible con los tejidos corporales) e inocuo para el organismo, porque no desprende partículas tóxicas ni provoca que el cuerpo la rechace (por eso se utiliza incluso en dispositivos cardiacos como catéteres y marcapasos). 

Ropa interior

La lencería de materiales sintéticos aumenta el riesgo de sequedad, alergias, vaginitis e infecciones del tracto urinario. Usa bragas de algodón blanco 100% orgánico; este tejido facilita la absorción adecuada del sudor y flujo, impide el exceso de humedad y permite que la piel respire, evitando la proliferación de hongos y bacterias; además, se trata de un material hipoalergénico y muy suave, por lo que no provocará alergias, eccemas, rozaduras ni sequedad. 

Anticonceptivos y lubricantes

Algunos anticonceptivos tópicos, espermicidas vaginales, preservativos y lubricantes pueden causar vaginitis alérgica o vaginitis infecciosa, un proceso inflamatorio de la mucosa vaginal que, por lo general, suele implicar un aumento en la secreción vaginal, picores, hinchazón y grietas en la zona vulvar y vaginal. Consulta con tu médico sobre cuál es el más adecuado para ti.

Juguetes sexuales y ejercitadores pélvicos

Como vimos en este artículo sobre la sexualidad ecológica, algunos juguetes sexuales, copas menstruales y ejercitadores del suelo pélvico tienen componentes perjudiciales para nuestra salud como policloruro de vinilo o PVC, Bisfenol, ABS o Ftalatos. Asegúrate de utilizar productos con materiales biocompatibles e hipoalergénicos sin sustancias tóxicas, como la silicona de grado médico.

Suelo pélvico

Un suelo pélvico saludable no solo es imprescindible para tener una vida sexual activa y placentera, sino también para evitar trastornos como la caída de nuestros órganos internos, infecciones recurrentes o disfunciones urinarias y fecales, entre otros.

Los ejercicios de Kegel son el tratamiento más eficaz para tonificar y fortalecer el suelo pélvico, aunque puede estar contraindicado en algunos casos como estar embarazada, en la cuarentena posparto o haber sido sometida a una operación ginecológica reciente. Consulta con un especialista para que determine si puedes hacer ejercicios de Kegel y, en caso afirmativo, para que te oriente sobre tus opciones.

Si no sabes cómo hacer ejercicios de Kegel, te recomiendo ejercitadores específicos basados en la biorretroalimentación, porque reconocerán el nivel de fuerza de la musculatura de tu suelo pélvico y te guiarán en una rutina de ejercicios con el ritmo y la duración adecuados a tu nivel. Si ya los conoces, te servirán tanto los ejercitadores específicos como las pesas vaginales, diseñadas para fortalecer de manera eficiente tu suelo pélvico, ya que constan de una pequeña bola de silicona de grado médico con un pequeño núcleo interno que vibra con el movimiento.

Relaciones sexuales

Como vimos en el artículo Masturbación, orgasmo y suelo pélvico: el trío perfecto, un suelo pélvico saludable propicia una vida sexual gratificante y viceversa; por ello, los especialistas aconsejan una vida sexual activa para mantenerlo sano. La excitación y el orgasmo aumentan la irrigación sanguínea que tonifica los músculos y tejidos; las contracciones orgásmicas, involuntarias y rítmicas del suelo pélvico lo ejercitan y además fortalecen la musculatura involuntaria (que supone el 80% de su tejidos): finalmente, la penetración y el orgasmo previenen y reducen la atrofia vaginal, debido al masaje estimulante del pene (juguete sexual o dedos) en el suelo pélvico.

Estrés y ansiedad

El estrés y la ansiedad no solo aumentan el riesgo de sequedad vaginal y descenso de la libido, sino también de desarreglos menstruales (anovulación, amenorrea, hipomenorrea), cefaleas, fatiga extrema, diabetes, colesterol, ictus, aumento de peso y alteraciones emocionales, entre otros. 

Evita el estrés: aléjate de las personas y situaciones que te lo provoquen, haz actividades que fomenten tu creatividad, te hagan feliz y te proporcionen equilibrio mental y emocional (como el yoga o el taichí), mantén el contacto con los amigos y la naturaleza, recurre a la meditación y al control de la respiración en momentos en los que te invada y busca ayuda profesional si te supera o piensas que tienes un trastorno que afecte a tu salud mental, como la ansiedad y la depresión.

Alimentación

  • Vitamina A. La vitamina A ayuda a la formación y mantenimiento de las membranas mucosas y de la piel, por lo que es imprescindible para mantener sana la mucosa vaginal y la delicada piel de nuestra vulva. Hay dos fuentes diferentes de vitamina A: la preformada, que se encuentra en el pescado, en las vísceras (como el hígado), los productos lácteos y los huevos; y los carotenoides provitamina A, que se transforman en ella en el cuerpo, y que puede encontrarse en productos de origen vegetal (como batata, zanahoria, brócoli y frutas como melón, mago y albaricoque).
  • Ácidos grasos Omega-3. Los ácidos grasos Omega-3 regeneran la mucosa vaginal y reducen la sequedad, incluyendo la provocada por vaginitis atrófica. Los alimentos que contienen mayor cantidad de omega-3 son pescados (como el salmón salvaje, sardinas, caballa, jurel, anchoas y atún), semillas de chía, lino y calabaza, nueces, aceite de canola, brócoli y soja y sus derivados.

Hidratación

El flujo vaginal está compuesto, principalmente, por agua y moco vaginal (que también es un líquido acuoso); por ello, los especialistas consideran imprescindible mantenerse hidratada para tener una buena lubricación y humedad genital. Lo recomendado son dos litros de agua al día, que podrás complementar con zumos, jugos y caldos de verduras (compuestos por frutas y verduras con vitamina A y betacaroteno).

Tabaquismo

El tabaco no solo aumenta el riesgo de sequedad vaginal, atrofia genital y disfunciones sexuales, también causa otros problemas femeninos graves como disminuir la fertilidad, adelantar la llegada de la menopausia entre uno y cuatro años, duplicar los embarazos ectópicos (fuera del útero), aumentar el riesgo de aborto espontáneo, de parto prematuro y de dar a luz a un bebé muerto, así como graves trastornos menstruales como el retraso de la primera menstruación, reglas irregulares y amenorrea), de los que hablamos en este artículo.

Recuerda: si tienes sequedad vaginal, no lo dejes pasar ni te automediques, solo agravará el problema. Acude al médico, evita los factores que dañan tu zona íntima y mantenla sana con cremas específicas, alimentación, hidratación y hábitos saludables.

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