Incontinencia y embarazo: bebidas que debes evitar

Embarazo | | Clara De Santiago

Durante el embarazo, los viajes en el baño pueden convertirse en una interrupción constante en un día que ajetreado. Nunca habías imaginado que preferirías cambiar esas carrerillas al baño causadas por una vejiga debilitada por las de la menstruación de antes. Afortunadamente, hay cosas que se pueden hacer para reducir esas ganas y mejorar el control de su vejiga, desde ya.

¿Por qué los viajes extra?

Existen varias razones por las que tu vejiga puede actuar de manera diferente durante el embarazo. Es normal experimentar momentos de mayor frecuencia de micción. Durante todo el embarazo, tu cuerpo retiene más líquidos y tus riñones trabajan horas extras para eliminar los desechos del cuerpo. En las primeras semanas del embarazo puedes sentir la necesidad de ir al baño más seguido debido a los cambios hormonal naturales del proceso. Durante el tercer trimestre, el peso adicional y el cambio en la posición del bebé también aumentan la presión sobre la vejiga. Esto puede ocasionar la necesidad de orinar con más frecuencia e incluso causar alguna que otra fuga, especialmente si los músculos del suelo pélvico están débiles.

Cuidado de la vejiga

Cuando los viajes al baño se vuelven excesivos, hay una serie de cambios fáciles que pueden mejorar tu situación. Cuando vayas al baño, intenta vaciar completamente la vejiga; algunas mujeres sugieren que ayuda inclinarse un poco hacia adelante. Bebe agua regularmente durante el día, pero reduce los líquidos justo antes de acostarse. Otro paso importante es prestar más atención a lo que bebes. Además del cuando y el cuánto, debes poner atención en lo que estás bebiendo, ya que esto puede ser lo que esté causando el problema.

6 Bebidas que pueden estar causando las visitas frecuentes al baño

1. Café y té: las bebidas con cafeína tienen un efecto diurético que te hacen ir a orinar más (incluso el café descafeinado y el té contienen algo de cafeína).
2. Zumos de fruta altamente ácidos: los zumos de todos los cítricos, de tomate, de piña y otras bebidas que contengan altas cantidades de ácido cítrico que pueden irritar tu vejiga.
3. Bebidas carbonatadas: las bebidas carbonatadas como refrescos pueden agravar tu vejiga de forma similar a la acidez, incluso si no contienen cafeína.
4. Bebidas endulzadas artificialmente: la próxima vez que tomes una soda o zumo, revisa la etiqueta antes de beber. Se ha demostrado que los azúcares falsos que se encuentran comúnmente en las bebidas súper dulces pueden hacer que uses el baño con más frecuencia durante el día y la noche.
5. Alcohol: aunque no debes beber durante el embarazo de todos modos, se ha demostrado que el alcohol actúa como un estimulante de la vejiga.
6. Bebidas con azúcares añadidos: las bebidas azucaradas con miel, jarabe de maíz y fructosa pueden irritar tu vejiga y provocar la necesidad de ir al baño.

La clave para descubrir qué es bueno para tu cuerpo y simplemente prestar atención a cómo las diferentes bebidas y alimentos te afectan. Adoptar hábitos íntimos saludables también puede tener un gran impacto en tu salud diaria antes, durante y después del embarazo. Mantente a los signos de infecciones, límpiate de adelante hacia atrás, usa ropa que transpire y lávate con productos especialmente diseñados para uso íntimo sin perfumes y con pH equilibrado. Todas estas cosas te ayudarán a mantenerte fresco y saludable todos los días.

Finalmente, a medida que tu bebé y tu barriga crecen, se ejercerá más presión sobre la vejiga y el suelo pélvico. Éste conjunto de músculos son los responsables de mantener el control de tus funciones corporales y cuando más se debilita, más posibles son las fugas en la vejiga. Puedes fortalecer el suelo pélvico con simples ejercicios de contracción y relajación como son los ejercicios de Kegel. Puedes leer aquí más información sobre estos ejercicios y cómo prevenir la incontinencia durante el embarazo antes de que suceda sigue leyendo aquí.

 

Por favor ten en cuenta que los consejos ofrecidos por Intimina pueden no ser apropiados para tu caso en particular. Consulta siempre con tu médico si tienes preocupaciones específicas relacionadas con tu salud.

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