¿Por qué está irritado mi clítoris? Causas y tratamientos

Salud femenina | | Brenda B. Lennox

Aunque apenas hablamos de ello, muchas mujeres sufrimos en algún momento la irritación del clítoris, un trastorno con síntomas como enrojecimiento, picazón, inflamación y dolor. Por desgracia, o no le damos importancia o no se la dan algunos profesionales. 

Pero callarse o recibir un tratamiento incorrecto puede agravar los síntomas, ya que las causas de la irritación del clítoris pueden ser tan variadas como enfermedades o trastornos de salud (diabetes, infecciones vaginales y urinarias, vulvovaginitis, alergias…), cambios hormonales, medicación, hábitos como la depilación o roces que causan microheridas.

¿Cuáles son los síntomas de este trastorno? ¿Qué factores lo causan? ¿Cuál es el tratamiento? ¿Qué hacer para prevenirlo? Descúbrelo en este artículo.

Vulvovaginitis 

La vulvovaginitis es un trastorno consistente en la inflamación de la vulva (labios mayores, labios menores y clítoris) y el área perineal, cuyos síntomas son enrojecimiento e hinchazón de la vulva, picazón, ardor y dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales, secreción de flujo inusual con un olor desagradable y un color inusual, y malestar o ardor al orinar.

El origen del 90% de las vulvovaginitis es una infección causada por un desequilibrio en la microbiota vaginal o flora vaginal, conjunto de microorganismos que viven en la vagina y cuya función es equilibrar su pH, protegerla de agresiones externas de virus y bacterias y evitar la proliferación de las que habitan en ella. Las infecciones que irritan al clítoris son la candidiasis, la tricomoniasis, el herpes y la gonorrea; hablemos de ellas:

Candidiasis vaginal

La candidiasis es uno de los trastornos ginecológicos más comunes; de hecho, las estadísticas indican que la sufriremos al menos una vez en la vida.

Su origen es el crecimiento excesivo de la Candida albicans, un hongo que habita de manera natural en la vagina, debido a causas como el aumento de la temperatura y humedad de la zona vaginal (de ahí que sea uno de los trastornos más habituales en verano), la alteración de la flora vaginal por motivos como cambios hormonales (embarazo,menopausia, menstruación…), determinados medicamentos (como los antibióticos y los anticonceptivos hormonales) o la disminución del sistema inmune por enfermedades o hábitos perniciosos.

Los síntomas más comunes de la candidiasis son una secreción vaginal lechosa espesa o con grumos (similar al requesón), ardor y picazón más o menos intensos que suelen aumentar los días previos a la menstruación y que irritan tanto a la vagina como a la vulva (incluyendo al clítoris, que puede hincharse), molestias al orinar y durante las relaciones sexuales (incluyendo dolor en los casos más avanzados) y lesiones vulvares de aspecto rojizo.

Tricomoniasis

La tricomoniasis es una Infección de Transmisión Sexual (ITS) causada por el Trichomona vaginali, un protozoo unicelular que parasita el tracto urogenital femenino (vulva, vagina y/o uretra) y masculino (uretra), cuyos síntomas en mujeres (que pueden estar latentes durante semanas) son una secreción vaginal amarillenta o verdosa con un olor desagradable (similar al pescado podrido), comezón intensa, ardor, inflamación y enrojecimiento de la vulva (incluyendo el clítoris) y dolor al orinar y durante las relaciones sexuales. 

Herpes genital

El herpes genital es una ITS causada por el virus Herpes simplex, que se transmite no solo al mantener relaciones sexuales (orales, vaginales y anales), sino a través del contacto con la piel o mucosa infectada (incluyendo ojos), por lo que puede transmitirse con besos y con el simple contacto con la zona infectada. 

Sus síntomas son un hormigueo en la vulva y vagina, erupción de pequeñas protuberancias rojizas y dolorosas (en labios vaginales, clítoris, vagina, zona perianal…) que se convierten en ampollas en un plazo que va de 24 a 72 horas (y que molestan al orinar y al roce de la ropa interior), ganglios linfáticos (en ingles, axilas y cuello) inflamados y doloridos, malestar general (similar a la gripe), dolor de cabeza y muscular y fiebre.

Gonorrea

La gonorrea, ITS causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae o gonococo, afecta a las mucosas del aparato genital y urinario, ojos, faringe y recto. Se contagia por practicar sexo oral, vaginal o anal sin protección, con independencia de que haya habido o no eyaculación; es decir, solo con el mero contacto con el pene, ano, vagina o boca de la persona infectada. 

Sus síntomas más habituales son: aumento de ganas de orinar, dificultad y molestias al hacerlo, molestias en la zona vulvar, flujo vaginal parecido al moco vaginal, sangrado vaginal entre períodos, dolor en la zona baja del abdomen, fiebre y náuseas; aunque pueden pasar semanas y meses sin que aparezca ningún síntoma (de ahí que se la considere una infección silenciosa) mientras avanza.

Dermatitis vulvar

La dermatitis vulvar es un trastorno cuyos síntomas son enrojecimiento, irritación, picor y dolor en la vulva, clítoris y vagina, y en algunos casos fisuras y erupciones en la piel. Puede ser dermatitis irritativa por contacto (DIC), que aparece tras la exposición repetida a irritantes débiles, o dermatitis alérgica de contacto (DAC), cuyos síntomas (intensos y repentinos) aparecen cuando la zona entra en contacto con un irritante determinado.

Los productos irritantes pueden ser productos de higiene íntima (jabones, desodorantes, cremas y polvos de talco), protectores menstruales (compresas, tampones, protegeslips y bragas menstruales), lubricantes, espermicidas, preservativos y ropa interior de tejidos artificiales, entre otros.

Liquen escleroso vulvar

El liquen escleroso vulvar es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel vulvar y perianal, cuyos síntomas son la aparición de una capa fina, blanca y arrugada en los labios vaginales (que puede evolucionar hasta convertirse en  ampollas y heridas),  fuertes picores en la vulva (que aumentan hasta el punto de interferir en el sueño y en las actividades cotidianas) y dolor más o menos intenso, entre otros.

Su origen es desconocido, aunque la opinión mayoritaria es que puede ser una combinación de diversos factores como la genética, alteraciones del sistema inmunitario o irritaciones en la piel (por exposición continuada a productos irritantes).  

Sequedad vulvar y vaginal

La sequedad vulvar y vaginal es un  trastorno cuyos síntomas pueden incluir flujo vaginal leve, dolor, ardor o picazón en la vulva (incluyendo el clítoris) o en la vagina, ardor al orinar, irritación, picor o sangrado leve durante las relaciones sexuales con penetración o después de estas, y dificultad para introducirse una copa menstrual, un ejercitador del suelo pélvico o un tampón.

El factor más común de la sequedad vulvar o vaginal es la disminución de los niveles de estrógenos; a su vez, las oscilaciones de los niveles de estrógenos pueden obedecer a muchas causas, como estar en un determinado ciclo vital (menstruación, embarazo, posparto, menopausia), tomar medicación (como la prescrita para el cáncer de mama, miomas uterinos, endometriosis o infertilidad) y tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia para la pelvis.

También pueden causar sequedad y falta de lubricación algunos medicamentos (sedantes, anticonceptivos, antidepresivos o antihistamínicos), intervenciones quirúrgicas (como la ooforectomía y la episiotomía), trastornos y enfermedades (como la esclerosis múltiple, la diabetes, el síndrome de Sjögren, la endometriosis, el estrés, la ansiedad y la depresión) y hábitos (como fumar, beber alcohol o usar productos irritantes).

Si no se trata, la sequedad vulvar y vaginal pueden causar trastornos más graves como el vaginismo, abrasiones, fisuras o úlceras en el clítoris, vulva y paredes vaginales, infecciones vaginales por hongos, virus y bacterias, baja autoestima, estrés, miedo a las relaciones sexuales, trastorno del interés/excitación sexual…

Otras causas de la irritación del clítoris

Las relaciones sexuales, el roce con ropa interior de materiales artificiales o con terminaciones ásperas y la depilación genital pueden causar heridas o microfisuras en el clítoris, que causen irritación y dolor, además de aumentar el riesgo de desarrollar infecciones por virus, bacterias, hongos y levaduras.

Tratamiento de la irritación del clítoris

El tratamiento dependerá del origen de la irritación. Tras estudiar tu caso, el profesional podrá mandarte medicación local y oral (como cremas con corticoesteroides, antihistamínicos, antibióticos o antifungicos), sustituir la medicación que te causa sequedad por otra, un tratamiento específico para la enfermedad o trastorno que sufres (diabetes, heridas o abrasiones en el clítoris), dirigirte a otro profesional (como un fisioterapeuta) o recomendarte cambios en tus hábitos (dieta, dejar de fumar, evitar productos irritantes…).

Si el origen de la irritación del clítoris es el roce, uso de algún irritante, sequedad por cambios hormonales (como la menopausia) o la depilación genital, son muy eficaces las cremas humectantes vulvares, porque no solo alivian la sequedad, inflamación y picores de la vulva, sino también previenen su aparición, porque mantienen y equilibran la humedad y pH único de nuestra zona íntima y ayudan a la regeneración de sus tejidos. 

Para estos casos, es recomendable usar productos específicos como Balmy, una crema hidratante, humectante, protectora, calmante y regeneradora, específica para la vulva, clínica, ginecológica y dermatológicamente testada, hipoalergénica, con el mismo pH de la zona vulvovaginal, libre de perfumes, sin gluten, vegana y no testada en animales, de uso externo y con una textura fluida que no deja residuos en la ropa interior.

Su composición incluye ácido hialurónico (que alivia la sequedad vaginal, porque hidrata y regenera las mucosas, respetando la microflora vaginal y el pH íntimo), escualeno vegetal (con propiedades antioxidantes, antibacterianas, hidratantes y regeneradoras) y aceites vegetales ricos en ácidos Omega 3 (que también reparan y regeneran la piel desde el interior, al contribuir a la reconstrucción de las células).

 Prevención de la irritación de clítoris

Protégete de las ITS

No compartas juguetes sexuales y utiliza preservativos (masculinos o femeninos) y barreras bucales durante tus relaciones sexuales; un solo contacto por vía anal, oral o vaginal (incluso sin eyaculación) es suficiente para contagiarte.

No caigas en el error de pensar que no te va a tocar a ti, los contagios de ITS van en aumento y la mitad de la población activa está infectada sin saberlo, porque muchas infecciones son asintomáticas durante meses.

Además, algunos microorganismos como el Trichomona vaginali y el herpes pueden infectar zonas que no están cubiertas por el condón, por lo que el único modo de evitar la transmisión es no mantener relaciones sexuales o mantenerlas con alguien en quien confíes totalmente.

Protégete de los virus y bacterias

  • Si mantienes relaciones sexuales anales, cambia el preservativo, desinfecta el juguete sexual o exige a tu pareja que se lave el pene antes de la penetración vaginal, para no sufrir una infección vaginal por la bacteria E. coli o por parásitos intestinales.
  • Limpia correctamente la copa menstrual, los ejercitadores del suelo pélvico y los juguetes sexuales antes de utilizarlos, siguiendo las instrucciones del fabricante. Si son de silicona, caucho o látex, puedes usar Intimate Accessory Cleaner, un espray sin alcohol, perfumes ni parabenos, que te permite esterilizar (es decir, eliminar el 99,9% de los microorganismos) en cualquier sitio (es una botellita de 75 ml y da para más de 200 aplicaciones), de manera sencilla, rápida y discreta (una sola pulverización de apenas 5 segundos) y meticulosa. Tan solo tienes que rociar el objeto, esperar unos segundos, enjuagarlo con un poco de agua y secarlo con un pañuelo que no desprenda pelusas. Además, es biocompatible y con un pH equilibrado, por lo que no provoca irritaciones ni alergias, ni perjudica a la microflora vaginal.

Utiliza copas menstruales

Sustituye las bragas menstruales, compresas y tampones con productos irritantes y tóxicos (lejías, resinas, agentes aglutinantes,perfumes, elementos plásticos y tejidos artificiales) por copas menstruales de silicona de grado médico: es un material biocompatible (compatible con los tejidos corporales), no poroso (previene el crecimiento de bacterias y hongos), hipoalergénico (no provoca alergias) e inocuo (no desprende partículas tóxicas ni provoca que el cuerpo la rechace).

Usa ropa interior de algodón

A diferencia de los materiales sintéticos, el algodón blanco 100% orgánico es hipoalergénico y suave (no causa rozaduras, eccemas ni alergias), facilita la absorción adecuada del sudor y flujo menstrual, equilibra la humedad de la vulva y permite que la piel respire (por lo que reduce el riesgo de desarrollo de levaduras, hongos y bacterias). Cuando la laves, utiliza un jabón neutro, no agregues suavizante y enjuágala muy bien.

Evita productos irritantes

Evita los baños con agua muy caliente, los jacuzzis y las duchas vaginales; no uses productos de higiene íntima como jabones perfumados o con un pH superior al vaginal (que es de 4.5), desodorantes, perfumes y polvos de talco, ni tampoco papel higiénico tintado o con perfume, ni toallitas húmedas. 

Elige métodos anticonceptivos saludables

El dispositivo intrauterino (DIU) y algunos anticonceptivos orales pueden desequilibrar la flora vaginal, y los preservativos de látex causar alergias. Consulta con tu médico para poder escoger el método anticonceptivo que mejor se adapte a tus necesidades. 

Si necesitas usar lubricante, elije uno que sea respetuoso con tu pH vaginal y no sea susceptible de causarte irritaciones ni alergias, como Feminine Moisturizer, un producto que a diferencia de otros lubricantes, también hidrata la mucosa vaginal y vulvar, debido a su composición a base de agua e ingredientes naturales con propiedades beneficiosas para la piel (aloe vera, ginseng, avena y guaraná), sin glicerina, parabenos ni perfumes.

Cuida tu flora vaginal

  • Mejora tu alimentación: consume probióticos (son buenos para la flora vaginal) y alimentos que fortalezcan tu sistema inmunitario (ácidos Omega 3, antioxidantes, hierro, zinc, vitamina A, B6, C y E), y reduce el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, grasas trans, sal, azúcar (incluyendo los refrescos y las bebidas energéticas), fritos, hipercalóricos, procesados, carnes rojas, café y lácteos enteros, porque lo debilitan, al igual que el estrés y la ansiedad: cuida tu salud mental y emocional.
  • Deja de fumar: las fumadoras tienen una proporción menor de lactobacillus en su microbiota vaginal que las no fumadoras. Además, el tabaco disminuye las defensas y causa problemas graves en la salud femenina como sequedad vaginal, atrofia genital, descenso de la libido, reducción de la fertilidad y trastornos menstruales, que puedes leer en este reportaje.
  • No te depiles de manera integral: el vello amortigua el impacto de golpes o fricciones sobre el pubis protegiendo la vulva y el clítoris contra el roce de la ropa y de las relaciones sexuales, y actúa como una malla protectora frente a gérmenes y otras secreciones (como, por ejemplo, el sudor y la materia fecal). Además, como explicamos en este artículo, todos los tipos de depilación (cera, crema, láser, maquinilla…) pueden causar trastornos y lesiones.

Por último, debo insistirte en que vayas al médico si sientes picor, dolor, irritación e hinchazón en el clítoris o algunos de los síntomas que hemos visto. No lo dejes pasar ni te automediques, ya que puede agravarse el problema. Por ejemplo, si no se trata la tricomoniasis, puede llegar a afectar al cuello uterino; la gonorrea (una de las ITS más resistentes a los antibióticos), puede provocar la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) daños permanentes en varios órganos (incluyendo ceguera y esterilidad) y la dermatitis y alergias, vaginismo y dispareunia. 

Cuídate. 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *