Síntomas y tratamientos del liquen escleroso vulvar

Salud femenina | | Brenda B. Lennox

El liquen escleroso vulvar es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel que afecta principalmente a la zona genital y perianal, cuyos síntomas característicos son la aparición de una capa fina, blanquecina y de textura rugosa en los labios vaginales, acompañada de un fuerte picazón, que en ocasiones se vuelve insoportable.

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, el liquen escleroso afecta a 1 de cada 300-1.000 personas, aunque el porcentaje de afectados podría ser superior, ya que desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico correcto suelen transcurrir entre cinco y 15 años, lo que indica que o no se reconoce o recibe un diagnóstico erróneo en muchas ocasiones, al igual que la endometriosis.

Esto va en detrimento de la salud de las pacientes, que reciben un tratamiento ineficaz que o bien agrava el tratorno o bien permite su avance; algo preocupante si consideramos que puede degenerar en atrofia genital y cáncer de piel.

Por otro lado, el estudio Liquen escleroso, realizado por Aurora Guerra del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de octubre de Madrid, revela que esta enfermedad afecta más a mujeres que a hombres (10/1) y dentro de estas, a mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años, aunque otros estudios concluyen que afecta a prepúberes y a mujeres durante la perimenopausia y tras la menopausia.

La evidencia científica sugiere que el tratamiento temprano de esta enfermedad inflamatoria evita las cicatrices y reduce el riesgo asociado de carcinoma de células escamosas, de ahí la importancia de conocer sus síntomas, no automedicarse e insistir al médico si advertimos que le resta importancia o prescribe un tratamiento que no es efectivo.

Concepto y síntomas del liquen escleroso vulvar

El liquen escleroso vulvar es una enfermedad crónica NO contagiosa que afecta principalmente a la piel de la vulva y la zona perianal, aunque también puede desarrollarse en otras zonas del cuerpo (espalda, cintura y pliegues debajo de la mama). Si bien en algunos casos no presenta síntomas hasta que está avanzado, su síntoma principal es la aparición de una especie de parche fino, rugoso y blanquecino en los labios vulvares (que a veces se extiende a la zona perianal), acompañado de todos o alguno de los siguientes:

  • Picor o prurito intenso que en algunos momentos se vuelve insoportable.
  • Ardor o dolor con el roce de la ropa, el tacto y durante las relaciones sexuales (incluyendo el sexo oral y la masturbación).
  • Pequeñas grietas o fisuras en la piel.
  • Zonas rojizas o violáceas (pequeños hematomas) sobre el fondo blanquecino del parche, provocadas por rascarse la zona.

Si el liquen escleroso vulvar evoluciona, puede causar trastornos graves como cáncer de piel (3-4% de probabilidades), fimosis del clítoris, rigidez o estrechamiento de la entrada de la vagina y fusión de los labios menores, que a su vez, provocan otros trastornos como hipersensibilidad clitoridiana, disorgasmia (dolor durante el orgasmo), dispareunia o dolor durante la penetración (incluyendo la inserción de tampones y copas menstruales) y dificultad para orinar. 

Además, esta enfermedad afecta profundamente a la calidad de vida de las que lo sufren, en especial, a su vida sexual. De hecho, múltiples estudios revelan una alta tasa de disfunciones 

sexuales (anorgasmia, trastorno de excitación genital persistente, vaginismo…) en mujeres con liquen escleroso vulvar; en concreto, un descenso en su actividad sexual (coito, sexo oral y masturbación) y un dolor vulvar crónico (79% de pacientes).

Causas del liquen escleroso vulvar

Aunque se desconoce a ciencia cierta el origen del liquen escleroso vulvar, los investigadores señalan las siguientes causas como posibles:

  • Anormalidad inmunológica: el LE se ha asociado con trastornos autoinmunes, como la alopecia areata, vitíligo, alteraciones de la tiroides, anemia perniciosa y diabetes mellitus. 
  • Factores genéticos o predisposición hereditaria (familiares directos con este trastorno).
  • Infecciones previas: en especial, el Virus del Papiloma Humano (VPH) o sufrir una infección crónica vaginal por estreptococo
  • Alteraciones hormonales. Aunque el liquen escleroso vulvar puede aparecer en cualquier momento, los picos de máxima incidencia de la enfermedad suelen darse en la prepubertad y en la menopausia, por lo que se considera que niveles bajos de estrógenos y alteraciones hormonales pueden influir en su aparición.
  • Dermatitis o alergias provocadas por la exposición a productos irritantes. 
  • Aunque esta enfermedad NO es contagiosa de persona a persona, el rascado fuerte puede agravarla y provocar infecciones por hongos y bacterias que, de no tratarse, pueden convertirse en crónicas.

Diagnóstico del liquen escleroso vulvar

El diagnóstico es sencillo. Un médico especializado o que conozca esta enfermedad la detectará examinando la zona y podrá confirmarla con una biopsia de piel.

Sin embargo, el liquen escleroso vulvar presenta algunos síntomas similares a otros trastornos, por lo que el diagnóstico inicial no siempre es certero y en muchos casos se prescribe un tratamiento inadecuado que solo agrava el problema, de ahí que sea tan importante que examines tu vulva para detectar su síntoma característico y diferenciador (el parche fino, rugoso y blanquecino) y aprendas las diferencias con otros trastornos con síntomas similares:

Vulvodinia o dolor vulvar

La vulvodinia o dolor vulvar es una molestia crónica cuyo síntoma principal es un dolor, quemazón o ardor intenso en la totalidad de la vulva o en una parte de ella que dura más de tres meses. Además de ese dolor, quemazón o ardor intenso en la vulva (no en la vagina), los síntomas (que pueden ser difusos o focales, profundos o superficiales, y con una intensidad que varía de moderada a fuerte, pueden incluir sensación pulsátil (como si latiera), inflamación de la vulva y/o dolor durante la penetración. 

Dermatitis vulvar

La dermatitis vulvar es un trastorno causado por la exposición a productos irritantes como productos de higiene íntima (jabones, desodorantes, cremas y polvos de talco), protectores menstruales (compresas, tampones, protegeslips y bragas menstruales), ropa interior de tejidos artificiales, preservativos, espermicidas y lubricantes, entre otros.

Sus síntomas son enrojecimiento, irritación, picor y dolor en la vulva, clítoris y vagina, y en algunos casos fisuras y erupciones en la piel, que aparecen con el tiempo, tras la exposición repetida a irritantes débiles (en cuyo caso se denomina dermatitis irritativa por contacto o DIC), o de manera intensa y repentina tras la exposición a un producto determinado (en cuyo caso se denomina dermatitis alérgica de contacto o DAC).

Candidiasis vaginal

La candidiasis, uno de las vaginitis más comunes, es provocada por el crecimiento excesivo de la Candida albicans y sus síntomas son una secreción vaginal lechosa espesa o con grumos (similar al requesón), ardor y picazón más o menos intensos en la vagina y en la vulva (que suelen aumentar los días previos a la menstruación), lesiones vulvares de aspecto rojizo y molestias (ardor o picor) al orinar y durante las relaciones sexuales.

Tricomoniasis

La tricomoniasis es una Infección de Transmisión Sexual (ITS), causada por el Trichomona vaginali, un protozoo unicelular que parasita el tracto urogenital femenino (vulva, vagina y/o uretra) y masculino (uretra).

Sus síntomas en mujeres (que pueden estar latentes durante semanas) son un flujo anormal (secreción vaginal amarillenta o verdosa) con un olor desagradable (similar al pescado podrido), comezón intensa, ardor, inflamación y enrojecimiento de la vulva, y dolor al orinar y durante las relaciones sexuales. 

Tratamiento del liquen escleroso vulvar

No existe una cura definitiva para el liquen escleroso vulvar, así que el tratamiento va enfocado a disminuir la intensidad de los síntomas, frenar su evolución y corregir algunas de sus secuelas.

Por lo general, se prescribe el uso de cremas específicas que resultan muy efectivas para disminuir la inflamación, reducir los picores y favorecer la cicatrización de fisuras y heridas que hayan aparecido por el rascado. Además, si ha provocado una infección por hongos, levaduras o bacterias, el médico prescribirá un tratamiento específico para esta.

En cuanto al tratamiento hormonal en las mujeres en las que se desarrolla el liquen durante la perimenopausia y tras la menopausia, no hay evidencia que respalde la eficacia de la 

aplicación tópica de progesterona, ni de la terapia de reemplazo hormonal. A esto se suman las contraindicaciones que presenta este tipo de tratamiento como desequilibrio de la flora vaginal, dolor de cabeza, vómitos, hemorragias, edemas, dolor abdominal intenso, depresión severa…, que además aumenta el riesgo de sufrir cáncer de endometrio, enfermedades en la vesícula biliar e ictus (primera causa de muerte femenina).

Si la lesión está avanzada y ha creado tejido cicatrizal, puede recomendarse una operación quirúrgica, aunque los profesionales advierten que si hay mucho tejido cicatrizal, es probable que no puedan revertirse los cambios en la vulva, labios menores y entrada de la vagina.

En la actualidad, algunos profesionales aplican láser para regenerar el tejido afectado por esta patología y devolverle el aspecto original. Sin embargo, algunos estudios advierten que aunque tanto la cirugía como el láser mejoran el estado de las lesiones, la recidiva (reaparición de la enfermedad) alcanza al 85% de los casos. 

Por otro lado, aunque el tratamiento acabe siendo efectivo, hay un alto índice de probabilidades de que el liquen escleroso vulvar vuelva a aparecer, por eso es necesario hacer un seguimiento y una revisión médica cada 6 o 12 meses. Además, las pacientes con LE pueden tener un riesgo ligeramente mayor de desarrollar cáncer de piel a lo que se suma que si el origen del liquen escleroso vulvar es el Virus del Papiloma Humano o VPH, el riesgo de cáncer aumenta.

Como vimos en este artículo, el VPH es causante de uno de cada 20 casos de cáncer en el mundo y el responsable del 99,7 % de los casos de cáncer de cuello de útero o cérvix, que es, a su vez, la segunda causa de mortalidad femenina por cáncer, solo superado por el cáncer de mama.

Consejos para aliviar y reducir los síntomas del liquen escleroso vulvar

Utiliza cremas humectantes vulvares

Muchas pacientes de LEV aseguran que las cremas humectantes vulvares les proporcionan alivio frente a la sequedad y los picores, por lo que pueden ser de gran ayuda si se combinan con cremas específicas (generalmente con corticoides) prescritas por el médico.

Una crema vulvar que proporciona gran alivio es Balmy, ya que es hidratante, humectante, protectora, calmante y regeneradora, específica para la vulva, clínica, ginecológica y dermatológicamente testada, hipoalergénica, con el mismo pH de la zona vulvovaginal, libre de perfumes, sin gluten, vegana y no testada en animales, de uso externo y con una textura fluida que no deja residuos en la ropa interior.

Su composición incluye ácido hialurónico (que alivia la sequedad vulvar, porque hidrata y regenera las mucosas, respetando la microflora vaginal y el pH íntimo), escualeno vegetal (con propiedades antioxidantes, antibacterianas, hidratantes y regeneradoras) y aceites vegetales ricos en ácidos Omega 3 (que también reparan y regeneran la piel desde el interior, al contribuir a la reconstrucción de las células).

Cuida tu higiene íntima

Cuando te laves, utiliza solo agua tibia con una cucharadita de sal. Puedes intentar utilizar y un jabón específico para tu zona íntima, aunque si tienes microheridas y fisuras, puede escocerte y estar contraindicado. Después de lavarte, seca tu vulva con una toalla limpia, dándote toquecitos hasta eliminar toda la humedad (sin frotar).

Como su origen puede ser la exposición continuada a productos irritantes, no uses productos de higiene íntima como jabones perfumados o con un pH superior al vaginal (que es de 4.5), desodorantes, perfumes y polvos de talco, papel higiénico tintado o con perfume, ni toallitas húmedas. 

Sustituye tus protectores menstruales

Sustituye las bragas menstruales, compresas y tampones con productos irritantes y tóxicos (lejías, resinas, agentes aglutinantes, perfumes, elementos plásticos y tejidos artificiales) por copas menstruales de silicona de grado médico: es un material biocompatible (compatible con los tejidos corporales), no poroso (previene el crecimiento de bacterias y hongos), hipoalergénico (no provoca alergias) e inocuo (no desprende partículas tóxicas ni provoca que el cuerpo la rechace).

Usa ropa interior de algodón

A diferencia de los materiales sintéticos, el algodón blanco 100% orgánico es hipoalergénico y suave (no causa rozaduras, eccemas ni alergias), facilita la absorción adecuada del sudor y flujo menstrual, equilibra la humedad de la vulva y permite que la piel respire (por lo que reduce el riesgo de desarrollo de levaduras, hongos y bacterias). Cuando la laves, utiliza un jabón neutro, no agregues suavizante y enjuágala muy bien. 

Aplícate lubricante

Si las relaciones sexuales te producen dolor por el roce, puedes utilizar Feminine Moisturizer, un hidratante y lubricante, de textura ultra-ligera, dermatológica y ginecológicamente testado, con base de agua enriquecida con aloe vera, ginseng y avena (por lo que además de lubricar, hidrata), respetuoso con el pH, microbiota y mucosa vaginales, al tener el mismo pH de nuestra zona íntima y no contener glicerina, perfumes ni parabenos.

No te rasques

En algunos momentos, el picor del liquen escleroso vulvar es tan sumamente intenso que no puedes evitar rascarte con fuerza. Es un gran error, porque aunque al principio sientes alivio, el picor y el ardor regresan con más intensidad y, además, puedes extender la lesión a otras partes de la vulva y la zona perianal, causarte microheridas y fisuras, y provocarte una infección por hongos o bacterias. 

Cuando el picor es insostenible, puedes aliviarlo lavándote con agua tibia y un poquito de sal, con cremas humectantes y calmantes y con pulpa de aloe vera (el aloe vera es uno de los mejores remedios naturales para la piel gracias a su acción antiinflamatoria, calmante, antibiótica y regeneradora). Si el picor te asalta por la noche y te rascas de manera inconsciente, ten las uñas cortas para reducir el riesgo de lesiones, ponte una crema calmante o aloe vera antes de irte a dormir y usa braguitas de algodón 100% orgánico.

Por último, insistir en tres ideas: 

  • No te automediques; como hemos visto, hay trastornos similares y aplicarte cremas de venta libre solo agravarán el problema.
  • Examínate la piel de la vulva con asiduidad, solicita un examen ginecológico si adviertes en la zona genital nódulos, lesiones, úlceras o parches rugosos, y hazte (al menos) un examen ginecológico anual.
  • Si tienes síntomas de liquen escleroso vulvar y te han mandado un tratamiento para una afección diferente, insiste a tu médico si adviertes que el tratamiento no funciona y no dudes en pedir una segunda opinión; recuerda que el rango de diagnóstico correcto oscila entre los cinco y los quince años; demasiado tiempo para algo tan serio.

 

Fuentes:

«Revisión del tratamiento actual del liquen escleroso vulvar». Isabel Hinojal Toscano, Beatriz Zamorano Alanís, María Ángel Martínez Maestre. Archivos de Investigación materno infantil. Vol. XI, No. 2 • Mayo-Agosto 2020. pp 82-90. doi: 10.35366/101555

«Liquen escleroso vulvar». International Society for the Study of Vulvovaginal Disease.

«Liquen escleroso». Mayo Clinic.

«Liquen escleroatrófico vulvar, qué es y cómo tratarlo». BeNurem.

«Liquen escleroso». Aurora Guerra. Actas Dermo-Sifiliográficas.

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